sábado, 26 de noviembre de 2022

CRUCES Y LUCES; - La Iberia de Angel y Chiho (capítulo quinto) -

Los artículos se desarrollan en un texto escrito en negro y se acompañan de imágenes (con un comentario explicativo en rojo). Podrán leerse completos; pero si desea hacerlo entre líneas, bastará con seguir la negrilla o las letras rojas destacadas.

ÍNDICE GENERAL: Pulsando el siguiente enlace, se llega a un índice general, que contiene los artículos que hemos editado en “DEL CIPANGO AL SPANGO". PARA LLEGAR A ELLOS, hacer clik sobre:  https://delcipangoalspango.blogspot.com/2023/01/indice-de-articulos-de-del-cipango-al.html



SOBRE Y BAJO ESTAS LINEAS: tres imágenes con las que comenzamos a ilustrar nuestro nuevo capítulo; donde trataremos sobre la Cruz y la Luz. Ambas con mayúsculas, y como símbolo del destino, el esfuerzo, la superación y los conocimientos. Arriba, luces y sombras en una capilla en la iglesia mayor de Alburquerque (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra foto). Abajo, monolito del Vía Crucis en Trujillo, Cáceres.




A) La Cruz, símbolo religioso:

Sabemos que esta señal solo de identificó con el cristianismo, varios siglos después de la muerte de Jesús. Quien fue adorado en sus inicios con el dibujo de un pez, en forma de dos semicírculos unidos, a los que se añadían las letras “ICTUS”. Palabra que en griego significa “pescado” (ἰχθύς) y que conforma un acrónimo, leído como: Iesous Christos Theou Uios Soter (Jesús, Ungido, Hijo de Dios, Salvador ). En lo que se refiere al principal motivo por el que no se utilizó la Cruz entre los primeros cristianos; se cree que estaría en la prohibición de su religión, durante los siglos en que se originó (viviendo en la clandestinidad). Consecuentemente, al ser este el instrumento de tortura con el que mataron a su Salvador y permaneciendo ocultos los fieles iniciales; viviendo en la persecución. La Cruz no era un símbolo místico, ni esperanzador; para una identificación plena entre Cristo y sus primeros seguidores. Pues uniría la fe que deseaban expandir, con una ejecución terrible; provocando entre los adeptos neófitos, el temor a morir crucificado. Debido a ello, en los comienzos se buscaría un signo mucho más “dulce” y adecuado; como lo fue el pez (Ictus), relacionado con la profesión de los apóstoles y con la intención de “pescar hombres” -para propagar la adoración a Jesús-.

Pese a ello, la cruz fue un signo sagrado en las religiones más antiguas del Mediterráneo; destacando la veneración a objetos cruciformes entre los cretenses del Minoico Medio y sobre todo, la “ansada” de Egipto. Anjk que simbolizaba el nudo de Isis; pero que a mi juicio, nace desde las alidadas de cuerdas. Instrumentos de medición de la luz y astros, que se fabricaban con dos maderas cruzadas; graduándolos con distancias inscritas sobre ellas. Estos compases, que desde la edad más remota se usaban para guiarse en el desierto, los mares y el campo; leyendo a través de su cruceta con marcas, la altura de sombras o el brillo de las estrellas. Necesariamente debían tener forma de aspa perfecta y tenían que estar construidos con cuerdas, que servían como tiradores, para graduarlos. Siendo así como nacieron las primeras ballestillas, desde los tiempos más lejanos; un instrumento que llegó hasta nosotros, con la misma forma y fue utilizado por los marineros, hasta bien entrado el siglo XVIII. Todo lo que a mi juicio generó esa forma de “ansada” egipcia -como una cruceta con un tirador-. Recibiendo un inigualable significado sagrado; convirtiéndose ese famoso Ankj en uno de los principales signos de la religión del Nilo. Al ser considerado el símbolo de la vida y de Isis; aunque, creemos tuvo su primer origen en los compases que los guías y sacerdotes utilizaban para medir la altura y longitud de las estrellas. Logrando con ellas cruzar los desiertos, en caravanas que dormían durante el día y viajaban por las noches; leyendo la cúpula celeste a través de esas ballestillas -tan similares a un Anjk-.

Esta es mi teoría sobre el significado primigenio de la cruz entre las religiones más antiguas del Mediterráneo; entendida como la idealización del instrumento para la guía y estudio de los cuerpos celestes. En especial del Sol, cuyo signo sería el “cruce de luces y sombras” que llega a su plenitud diariamente a las doce, en nuestro horario moderno. Momento en que podremos conocer el movimiento y caída de su brillo, en cada jornada; junto al sesgo de derivadas que promueve en ese viaje del “Astro Rey” (calculando sus variaciones y grados). Lo que se estudia de un modo tan simple como clavar un palo en la arena y leer el instante en que la sombra solar, pasa de un lado al otro. Aunque para comprender completamente el movimiento de esta luz, necesitaremos una segunda vara; esta vez cruzada transversalmente, y sobre la que observaremos los cambios. Pudiendo en aquella segunda, marcarse las variaciones de altura y longitud en sombras; al igual que se anotarían las modificaciones, sobre la estaca vertical. Para llevar a cabo esta operación tan sencilla, que puede hacernos comprender la duración del año trópico; tanto como el lugar geográfico en el que nos situamos -localizando nuestra altura frente al Sol-. Tan solo debemos orientar perfectamente el segundo palo hacia los Puntos Cardinales: de Este a Oeste (mirando un extremo a la alborada; y el otro, hacia el atardecer). Pudiendo localizar así el Norte y Sur, Este y Oeste, con máxima perfección; todo lo que constituye la creación de una primera “alidada” (ballestilla o compás) fijada en el suelo, con forma de cruz. Instrumento de observación astronómica, que luego se trasladará a un bastón con igual diseño; de tamaño menor -portátil y graduado, atado con cuerdas-. Invento o ingenio, que se usaba hasta el siglo XIX para orientarse y al que se llamaba por entonces “báculo de Jacob” -debido a que el matemático así apellidado, lo describió en su libro de geodesia y orientación, publicado en 1598-.

Nuestra teoría es que la cruz fue sacralizada en Egipto y en el Mediterráneo más antiguo, debido a cuanto hemos descrito. Al ser el símbolo solar por excelencia; todo lo que podemos comprobar estudiando el significado de los objetos cruciformes del tercer, al primer milenio a.C.. Enseres litúrgicos o de uso cotidiano, con aquella forma y que comúnmente harán referencia al Astro Rey. Siendo este el signo de las aspas minóicas, los Anjk de Isis y las famosas cruces patadas indoeuropeas. Destacando entre ellas -por su nefasta fama posterior- el tetracleion; luego denominada “gamada”; que simbolizaba originariamente el carro solar (o el movimiento universal). Un sentido de la cruz que también conservaron los romanos en su religión; cuyos arúspices fundaban todo campamento y urbe bajo los Puntos Cardinales. Trazando primero el “cardio” y luego el “decumano”; marcando así lo que iba a ser el centro del lugar habitado; en la confluencia de esas dos lineas que señalaban el Norte, Sur, Este y Oeste. Un signo de inicio sacro entre los sacerdotes latinos; que creemos, tomaron los cristianos tras el Edicto de Milán. Después del año 313 d.C., cuando Constantino permitió y abrazó el cristianismo; cesando desde ese momento su persecución. Cambiando desde entonces gradualmente, el símbolo del Pez (Ictus) por este otro de la Cruz; con el que -a mi juicio- pretendieron sincretizar signos y ritos romanos, uniéndolos a los de Jesús. Usándose progresivamente desde tiempos de Constantino, el del crucificado como marca principal del culto católico.




SOBRE; JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: imágenes relacionadas con el significado de la cruz. Arriba, ballestilla o alidada de cuerdas, tal como eran hasta el siglo XIX; utilizándose hasta entonces para guiarse, leyendo con ellas la cúpula celeste. En la zona izquierda, vemos unos grabados explicativos en un grabado de William Borough (Londres 1585). A la derecha, la ballestilla o báculo de Jacob. Al lado, precioso Cristo románico conservado en la sacristía de Cigales (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra foto). Abajo, magnífica patena de cristal tardorromana, fechada a fines del siglo IV (d.C.), propiedad del Museo Arqueológico de Linares Cástulo- Jaén (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra foto). En ella vemos el signo de la Cruz y la figura de Cristo en majestad. A mi juicio, esta pieza hallada hace un par de años, puede considerarse una de las primeras representaciones de la cruz en nuestra Península.




JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, pazo de Oca en Galicia, su entrada con un crucero. Abajo, estela de La Casa del Temple, en Toledo. Conforme ya publiqué, se trataría de una pieza paleo cristiana, donde vemos tallado el símbolo del pez (Ictus) y un crismón. Siendo a mi entender, una de las primeras representaciones del Crismón en la península.






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: dos imágenes de Barcarrota (Badajoz) y sus edificios coronados por cruces.







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, plaza de Barcarrota (Badajoz) con una ermita y su cruz. Abajo, plaza de Cáceres capital, con iglesias en su fondo. Estos campanarios y signos cruciformes, en muchos casos sirvieron como relojes de Sol y de calendarios naturales.





JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, calle junto al Museo Provincial de Cáceres, capital. Abajo, entrada por el Arco de la Estrella, en la muralla de Cáceres.







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, arco de la Estrella, iluminado; en la muralla de Cáceres. Abajo, celda de San pedro de Alcántara, en el actual Parador de Oropesa (Toledo); antes palacio de los condes de Oropesa (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra foto). Observemos la sobriedad de este cuarto donde dormía el santo; situado en un sótano entre dos plantas del castillo y donde tan solo vemos como adornos: Una cruz y su jubón -catre- con almohada de piedra, somier de madera y manta de estera (junto a reclinatorios modernos para orar en recuerdo del Santo).




JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, curiosa casa en la Plaza de Cuacos de Yuste (Cáceres). Sus símbolos no dejan duda de que antaño fue la entrada a un lugar sagrado. Abajo, plaza de toros, en la muralla y que comprende la iglesia principal de Fregenal de la Sierra (Badajoz). Observemos el contraste entre el ruedo y las torres de los templos, donde se reflejan las sombras; pudiendo calcularse con ellas, la fecha y horas.






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: dos imágenes de una preciosa fuente en las calles de Guadalupe (Cáceres). En esta vemos la reutilización de una escultura, sobre la que ha sido situada una cruz, poniendo el caño a la altura de su sexo. La pieza parece la representación de un músico, arrancada de una fachada románica (posiblemente de una antigua ermita de este estilo, que fue modificada o derribada). Aunque también pudiera tratarse de la figuración de una lavandera, muy posterior (del siglo XVII o XVIII).





JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: dos imágenes de leones góticos que se encuentran en la plaza de Higuera Real (Badajoz). Estas dos magníficas estatuas han sido arrancadas de una fachada o un conjunto escultórico gótico y situadas en la referida plaza, siendo coronadas con enormes cruces.







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: dos imágenes de la estatua de Hernán Cortés en Medellín, Badajoz; donde vemos al conquistador que introdujo la Cruz y el cristianismo en México.








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, iglesia del barrio alto de Medellín (Badajoz); donde se supone que fue bautizado Hernán Cortés. Abajo, entrada al campo santo y castillo de Nogales, Badajoz.







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: dos imágenes de Plasencia. Al lado, techo y cúpula de la catedral, donde se observa el juego de nervios cruciformes. Abajo, fuente renacentista, de enormes dimensiones; en la calle del Sol, placentina. Fue denominada de la Cruz de Mayo y levantada en 1577. La Cruz de Mayo, antaño fue una de las fiestas más importantes de la Península; donde se veneraba a este símbolo con adornos florales, recubriendo las grandes cruces de patios y jardines, con bellos ornametos vegetales. Se relaciona en fechas con la Fiesta del Corpus, rememorando la ascensión a los cielos, de Jesús y de su Madre. Aunque su significado inicial se considera que trasciende al mundo de la agricultura; celebrando la floración y las lluvias más benéficas del año. Habiendo folkloristas que la consideran una síncresis del culto celtíbero a los árboles (donde destacó la veneración al roble, al tejo o al fresno); rememorado en estas cruces cubiertas de vegetales.






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, torre de la catedral en Plasencia; con una espadaña en su cumbre. Abajo, crucero en la subida a la iglesia de Santa Olalla de Cala, en Huelva, muy cerca de Badajoz.






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, interior del Palacio Arzobispal de Cáceres, capital (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra foto). Abajo, interior de la iglesia de Lagartera (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra foto).









JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado espadaña en una iglesia de Estrella, Cáceres. Abajo, el campanario de San Martín de Trevejo (Cáceres); que ha perdido su cruz en la parte alta.









JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: dos imágenes de Trujillo y sus cruces. Al lado , paredes de la iglesia de San Martín, en la plaza. Abajo, campanario -sin campanas- y espadaña con cruz, en una de sus iglesias.






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado,
otra imagen de la pared de San Martín, en Trujillo. Abajo, subida en las calles de Valverde de la Vera, con un Vía Crucis. Este pueblo es famoso por celebrarse en él, la procesión de Los Empalados. En la que los nazarenos se atan a un enorme travesaño de cruz; rodeando su cuerpo y brazos con fuertes maromas, que entumecen sus extremidades. Vestidos con faldas y ataviados al modo más antiguo; portando el gran madero, sujeto con terribles cuerdas, recorren el Vía Crucis durante el Viernes Santo.






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado cruces en Villanueva de los Barros, Badajoz. Abajo, cruces en Zafra (Badajoz).









JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, cruz sobre una columna, en la plaza central de Zafra (Badajoz). Abajo, Zafra, fachadas y cruces.









JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: dos fotos de las plazas de Cáceres capital y sus cruces.








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, una reja rematada por cruz, en una casa de Maqueda (Toledo). Abajo, plaza con una columna y cruz, en Méntrida; Toledo, junto a Madrid








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, casas y calles de Allariz (Orense).









JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, Al Vite (Orense). Abajo, dos fotos de iglesia de San Martín en Bayona (Pontevedra).







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, crucero en el Castro de Santa Tecla, Pontevedra. Abajo, interior del precioso Hotel Casa Grande; en Rosende, Orense (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra foto).








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado , cruceros en el camino entre Tuy y Moldes (Pontevedra). Abajo, entrada al cementerio de Combados; sito en una iglesia derruida.








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, crucero en las calles de Tuy (Pontevedra). Abajo, Luyego, León.



ABAJO: Estela romana del siglo I al II d.C., procedente de Sasamón y expuesta en el Museo Arqueológico de Burgos (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). En ella podemos observar los dos tipos de cruces que siglos más tarde utilizará el Cristianismo; en forma de aspa y la clásica. En este caso, se trata de una lápida pagana; donde este signo tiene un significado solar, tal como hemos comentado al comienzo del artículo.



B) La espadaña; su significado y símbolo:

Escuché comentar a Joaquín Díaz que en las celebraciones y bailes del Corpus Christi, podría resumirse casi toda la Historia de España. Siendo tal la variedad de procesiones, fiestas, ofrendas y danzas; realizadas antaño entorno a esta fecha. Que entre todas ellas, existiría una sinopsis de cuanto se vivió y aconteció en nuestras tierras. Al menos, desde época de La Reconquista; pues este día del Corpus nació en el año 1263. Cuando al establecer una jornada sacra para honrar la Sangre y Cuerpo de Cristo; mientras partían la Hostia al consagrarla, de aquel pan brotó sangre.

Entre las más curiosas celebraciones entorno al Corpus, destacaron en Castilla unos bailes llamados de Ruedas o de Torres. Entre ellos, considero especialmente llamativo uno denominado La Espadaña; donde los danzantes representan a modo circense un campanario, tomando la figura de ese alto de la iglesia. Valdestillas se considera la población que habría dado origen -o bien conservado mejor- aquella extraña forma de bailar. Aunque, al parecer, esta danza de La Espadaña se relaciona plenamente con las de Rueda (antes mencionadas); que eran terminadas del mismo modo: Formando los participantes pequeñas torres humanas. Nos dice Carlos Porro, que Joaquín Díaz considera auquellas “pilas altas" hechas por los participantes agrupados: “representaciones del alma que debía conquistar con la ayuda de la Virtud la altura, el lugar elevado (castillo, torre, etc.) desde el cual mirar de frente y con ojos limpios al Creador; hay que considerarlas, por tanto, como danzas de homenaje al Santísimo” (1) . Sin negar este simbolismo religioso, al que apunta Joaquín Díaz; más adelante añadiremos una teoría sobre las espadañas (en el siguiente epígrafe y tras analizar el trabajo antes citado).

Continúa Carlos Porro describiendo La Espadaña del siguiente modo -en un artículo de la Revista Folklore (2) -: “Junto a la danza de `el zángano´, el baile más emblemático y el más reconocido por los vallisoletanos es el de la espadaña (...) la danza surgió como recuerdo de la figura arquitectónica que formaban las mozas, cuando subían unas a hombros de otras o a la espadaña de la iglesia para ver el regreso de sus maridos y novios de la guerra. Se vestían ya para esta ocasión con un supuesto antiguo traje de luto, un traje blanco, que anunciaba el triste período de duelo que alguna iba a sufrir. (...) Se conocen danzas de este tipo en Burgos, Soria, Zamora y están asimismo extendidas por toda la geografía española, no solamente en el caso conocido de "castellers" de Cataluña sino del mismo Cáceres donde sabemos que ya a mediados del siglo XVII eran populares estas torres humanas como acompañamiento procesional (...) han sido siempre propias de cuadrillas de danzantes masculinos, aunque la característica principal de esta agrupación, femenina, hizo que tanto aquí, como en otras provincias fueran mujeres las que retomaran esta danza (...) Una más coherente explicación acerca del origen real de este tipo de bailes la ofrece, el propio Joaquín Díaz: Casos como el de la llamada "espadaña", a la que una interpretación reciente y difícilmente creible vio como una torre de mujeres atisbando si sus maridos venían de la guerra, no eran sino representaciones del alma... (....) No olvidemos que, además del tono didáctico que tenía la procesión del Corpus, mucha gente la seguía desde la calle, lo que forzaba a los diseñadores de ingenio a elevar la altura de los estrados rodantes y carros donde se daban las actuaciones (...) Por otra parte, ya el poeta Claudio testifica la antigüedad de este tipo de espadañas humanas cuando, al describir unas fiestas circenses, celebradas en Tarraco en honor del cónsul Teodoro, dice: "Unos hombres enlazados formaron en un abrir y cerrar de ojos una edificación sobre sus hombros subiendo unos sobre otros, y en lo alto de esa pirámide un muchacho bailaba con las piernas enlazadas". Similar sentido podía tener el arco humano realizado todavía en diferentes pueblos de Segovia”. (SIC)

Muy importante es la última frase de Carlos Porro, que nos lleva a pensar en el origen ibérico de estas danzas (o celebraciones) donde se elevan torres humanas. Influenciada La Espadaña. o muy relacionada con los famosos Castellers de Cataluña y la Muixeranga de Algemesí (que se considera madre de las “pilas” tarraconenses). Al igual que lo estaría con decenas de costumbres hispanas, donde los partícipes se suben unos sobre otros, para imitar altos de vigía. Debiendo -a mi juicio- reflexionarse sobre una manifestación antiquísima y sincretizada; que en el caso de bailes cercanos a El Corpus (como la Espadaña) pudo sustituir la torre militar, por una eclesiástica. De cuanto llegamos a deducir, que si en la tradición ibérica existía esta costumbre de crear torres humanas; al cristianizar estas fiestas desde el siglo V (tras declarar el catolicismo religión oficial de Roma). Parece lógico que pasaran a representar motivos del nuevo culto, venerando así las torres de iglesias. Siendo esa una razón por la que costumbres que han permanecido con un sentido menos religioso (como los Castellers o La Muixeranga); se sincretizasen por toda la Península en las danzas de Rueda o en La Espadaña -donde se imita a los campanarios y arquitectura de los templos cristianos-.



SOBRE ESTAS LINEAS: entrada al Monasterio derruido de Melón, Orense.


JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: dos imágenes del maravilloso Pazo de Oca, en La Estrada; Pontevedra (al que agradecemos nos permita divulgar nuestras fotos).









JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: dos imágenes mas, del maravilloso Pazo de Oca, en La Estrada; Pontevedra (al que agradecemos nos permita divulgar nuestras fotos). Al lado, vista del hórreos y jardín. Abajo, el cuarto de herramientas, con los aperos para trabajarlas.






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
dos imágenes del Pazo de Oca, en La Estrada; Pontevedra.







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: dos foto tomadas en las calles de Ribadavia (Orense). En la de abajo, me encuentro fotografiando la puerta de una de sus iglesias.





JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: dos fotos del Monasterio de Samos; Orense (al que agradecemos nos permita divulgar nuestras fotos). Al lado, preciosa estela que podemos ver en una pared del recinto. Puede tratarse de una pieza prerrománica y de influencia asturiana. Abajo, fuente en el claustro del Convento.









JUNTO ESTAS LINEAS: claustro del Monasterio de Samos; Orense (al que agradecemos nos permita divulgar nuestras fotos). Destaca su magnífica fuente central.






SOBRE; JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Arriba, iglesia del monasterio de Gradefes en León (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). En su arquitectura se observa claramente que toda la geometría de apoyos y planos, se basa en la cruz; como sucede en la mayoría de los templos cristianos (a excepción de los que guardan forma de basílica romana). 
Al lado, fotografía de la gran iglesia en la población de Iglesias, Burgos (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). En todos los trazados de estos templos se percibe que se han guardado unas proporciones cruciformes, en numerosos casos basadas en “fi” (sección áurea). Abajo, el camino de entrada a Iglesias (Burgos). Donde antaño ponían cruces los peregrinos, sobre montones de piedras y donde hoy se añaden molinos eólicos... .



BAJO ESTAS LINEAS: detalle de una de esas cruces de peregrino, en la Ruta Jacobea; bajo las que se depositan piedras. Esta costumbre de marcar con mojones y símbolos, los caminos; se practicaba ya en los tiempos más antiguos de Grecia. Dedicando a Hermes esos monolitos depositados en las vías y señalando especialmente los puntos de cruce, con cipos a los que llamaban Xoanas o Hermas. A su paso, tiraban piedras de menor tamaño, quienes transitaban por la zona; para favorecer la protección de los dioses representados en las Xoanas.






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, San Clodio, Orense (estela en el suelo de su iglesia). Abajo, Santa Ma. del Miño (Orense); estela en las paredes de su iglesia.






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, Villafranca de los Montes de Oca; entrada al Hotel San Antón Abad, con su pequeña espadaña sobre la puerta. Abajo, crucero en Junqueira (Orense).









JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, Alcántara, Cáceres; su antiguo monasterio, hoy en ruinas. Abajo, tarta con cruz central (en este caso, cruz de Los Ángeles, asturiana).








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: dos imágenes del monasterio de Melón, Orense; donde observamos la gran cruz y la veleta sobre una de sus torres.









JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, entrada a la ermita y campo santo de Moldes, Orense Abajo, iglesia y campo santo en Santa Ma. de Miño, Orense.








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: al lado, Santa Tecla en Pontevedra. Abajo, plaza de La Alberca en Salamanca.






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: dos imágenes de Miranda del Castañar, Salamanca.








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, interior de la iglesia de Santiago, junto a la Plaza Mayor de Salamanca (a la que agradecemos, nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, entrada a la catedral de Sigüenza.








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
dos cruces labradas en las paredes de casas de La Alberca, Salamanca.










JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: dos imágenes más de La Alberca; al lado, la casa que presenta estas dos cruces en su entrada.







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, iglesia de San Isidoro en Oviedo, con su enorme torre y espadaña. Abajo, ermita de Valvanuz en el Valle del Pas (a la que agradecemos, nos permita divulgar nuestra imagen), con un calvario popular.









JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, colegiata de Santillana, Cantabria; con su enorme torre y espadaña. Abajo, entrada a la colegiata de Ezcaray, donde las cruces se convierten en Lauburu (o cuadrisquel).





JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: cruces en el cementerio de Oviedo. Al lado, entrada al cementerio de San Salvador. Abajo, el panteón de los Gómez-Morán, obra maestra de Víctor Hevia.






C) La espadaña; su utilidad y poder milagroso:

De cuanto hemos expuesto en el epígrafe anterior, comprendimos que esas danzas celebradas en fechas cercanas a El Corpus; tuvieran como fin simular espadañas con bailarines, en cuya cúspide semejan una cruz (imitada por los participantes). Todo lo que consiguen elevando unos a otros, sobre los hombros; mientras los que se sitúan más alto, extienden sus brazos. Reverenciando así las torres de iglesias, por ser el elemento arquitectónico más sagrado y cercano al cielo. Aunque, a mi juicio, hay un hecho más importante que otorgaba magia y poder milagroso a los campanarios y espadañas. Pues al estar coronadas por cruces o veletas férreas; estos elementos, inevitablemente atraían a los rayos. Siendo así, podemos considerar que las enormes cruces de metal, sitas en lo alto de las torres eclesiásticas; actuaron como pararrayos. Comprendiéndose por qué fueron tan sacralizadas las espadañas, al salvar de la tormenta las casas que les rodeaban. Siendo esta mi teoría; al parecerme obvio que en todo lugar donde hubiera un campanario -o una cruz metálica sita en alto- pudieron observar durante siglos cómo los rayos caían normalmente en esos objetos que coronaban las iglesias.

El hecho antes descrito -a mi juicio- otorgó a las espadañas y a sus adornos, un valor sin igual. Todo lo que se completaba con la enorme utilidad de los campanarios, en un tiempo donde las campanas eran el modo común de comunicarse. Trasmitiendo antaño con diferentes “toques”, las “noticias” y anunciando con ellos, los desastres o fallecimientos (a más de convocar a los oficios y misas). A estos usos y poderes de las espadañas, hemos de unir el último hecho que las convertía en sagradas; por utilizarse como relojes de Sol y para comprender el calendario. Ayudando a configurar las fechas a través de sus sombras. De este modo, sabemos cómo en el Concilio de Nicea (año 325), se concluyó que el calendario impuesto por Julio César tenía entonces un desajuste de tres días -uno por cada siglo transcurrido-. Tras comprobarse con los campanarios y torres, que el equinoccio ya se producía el 18 de marzo. Siendo así, en Nicea corrigieron la fecha, añadiendo tres días y fijando la jornada de este equinoccio como el día 21 del mismo mes. Pasó casi un milenio y medio, hasta que en 1582, observaban ya que las sombras de los campanarios marcaban el equinoccio el 11 de marzo. Decidieron de este modo, los expertos en astronomía del Papa Gregorio, atrasar la fecha de nuevo. Para ello, tomaron como referencia las Tablas astronómicas de Alfonso X de Castilla -El sabio-, que marcaba el valor del año en 365,2422 días y no en los 365,25 (tal como había considerado el calendario Juliano; excluyendo un día por cada siglo).

Fue así como el matemático español Pedro Chacón, redactó un compendio que explicaba los días que faltaban por entonces; instituyéndose en base a ello, el Calendario Gregoriano. Promulgado por el Papa Gregorio y que fechaba el 5 de octubre de 1582, como un 15 del mismo mes (anulándose diez jornadas a este año). Todo lo que pudo comprobarse fácilmente en las torres de las iglesias; al ver como este año de 1582, el día 21 de diciembre reflejó la sombra más larga en sus espadañas -mientras que el 21 de junio siguiente, se produjo la más corta-. Cuanto hemos descrito hubiera sido difícilmente comprendido por el pueblo y los ciudadanos comunes; quienes sin conocimientos de astronomía, no podrían entender por qué debían corregir las fechas. Aunque bastaría con marcar sobre el suelo, el curso de las sombras proyectadas por las espadañas. Para comprender que los equinoccios se producían hacia el 19/21 de marzo y septiembre; mientras los solsticios llegaban entre el 21/23 de junio y diciembre.



SOBRE Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, pequeña estela en la pared exterior de la iglesia de Artíes (Valle de Arán). Abajo, calles de Oropesa (Toledo). En la imagen vemos la pequeña espadaña del Convento del Recuerdo.






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, rejería interior de la iglesia de Oropesa (Toledo). Abajo, exterior de la iglesia de Palazuelo, Guadalajara.









JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: dos imágenes de la entrada a la Colegiata de Pastrana (Guadalajara).







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: reja principal en la catedral de Sigüenza. Al lado, Oropesa de Toledo tomada desde el interior del castillo del los Álvarez de Toledo. Al fondo vemos la espadaña de su iglesia.








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
dos imágenes de la Basílica de Nuestra Señora del Prado, en Talavera de la Reina. Al lado, exterior del templo (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen); abajo mi mujer en su interior, junto a una preciosa pila benditera.






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: dos fotografías de La Casa del Greco, en Toledo, donde podemos ver las cruces que coronan su capilla y las iglesias toledanas. En la imagen se observa claramente el uso como pararrayos de estos adornos colocados sobre templos y casas, varios siglos antes de que Benjamín Franklin inventase ese instrumento. Acerca de esta utilidad de las espadañas, hablamos en nuestros siguientes epígrafes.







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: dos imágenes más de Toledo. Al lado, horno de mazapán en un convento; con su cruz bien marcada, para que salga bien cada hornada. Abajo, de nuevo La Casa de El Greco.









JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: dos fotos más de Toledo, en las que se observa este uso como pararrayos de las cruces dispuestas en sobre tejados desde, al menos, el sigo XVI.






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: dos vistas desde el Museo de Santa Cruz y la Casa de El Greco, donde se observa que todo tejado está coronado por una de estas cruces.






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, interior de la Catedral de Toledo (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen); observemos su rejería culminada por un imponente cristo gótico. Abajo, calles de Toledo.






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, interior de la iglesia de Capillas, Zamora (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, plaza con un crucero en Peñafiel.









JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: dos imágenes de una casa mudéjar en Adanero (Ávila) con un Cristo en su fachada.








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, crucero en Ayllón, Segovia. Abajo, los cuatro postes y su cruz, a la salida de Ávila.










JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
dos fotografías de una alberca en Barruecoporto, Zamora.








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: al lado, espadaña de CastroVerde (Valladolid). Abajo, entrada a San Salvador, de Cuéllar.








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, crucero en Cuéllar sito en la Iglesia de San Esteban. Al fondo vemos el Palacio de Pedro I. Abajo, entrada a San Miguel de Cuéllar con numerosos cófrades preparados para procesionar.







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, Cuéllar fachada de la Iglesia de San Esteban. Abajo, entrada a San Miguel de Cuéllar, con numerosos cófrades preparados para procesionar.










JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: dos imágenes de cruceros en Esguevillas de Esgueva; Valladolid.









JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, entrada a la iglesia de Esguevillas de Esgueva. Abajo, crucero en Fermoselle.







D) Cruces y rayos:

Venimos exponiendo que -en mi teoría- la gran importancia de las espadañas encumbradas sobre templos y edificios religiosos; se debió a que actuaron como pararrayos. Lo que nos llevaría a deducir que Benjamín Franklin pudo inspirarse en este hecho, para crear uno de sus grandes inventos -interpretando lo que sucedía a esas veletas y objetos, situados en lugar muy alto-. Así, con gran ingenio y mayor genio, este fundador de Estados Unidos, uniría esta observación a sus estudios sobre electricidad; comprendiendo la trasmisión y añadiendo a las piezas metálicas colocadas en tejados, una linea de conducción para llevar la fuerza del rayo hasta un profundo pozo (donde descargar su fuerza). Todo lo que nos enseña la gran inteligencia del inventor del pararrayos, pero también una genial intuición. Mostrando además, un momento histórico en que la Humanidad se alejó del “pensamiento mágico”. Abandonando la hipótesis asentada hasta entonces; que hallaba la protección contra tormentas, en un poder milagroso de esas cruces y símbolos sagrados colocados en alto. Un modo de analizar la realidad, que atribuye los hechos a un motivo “inexplicable, pero superior” y que todo lo justifica. Forma común de obtener conclusiones, entre los hombres dogmáticos; quienes prefieren atribuir a “la magia” o a una “ley universal e inamovible”, lo que sucede. Evitando con ello, estudiar y explorar la verdad hipotética y -en su lugar- promulgando dogmas. Verdades inamovibles y mágicas, muy distintas a las científicas; que de manera absolutamente contraria, se hallan con un procedimiento demostrativo y nunca definitivo. Obteniendo unas conclusiones finales, que al ser ciencia, permanecerán siempre a debate; pudiendo mejorarse, modificarse y hasta derogarse (cuando exista otra idea más eficaz).

Solo de este modo y en base al “pensamiento mágico” se explica por qué se tardó tantos siglos en inventar el pararrayos; pues desde la Edad Media se colocaban espadañas metálicas sobre los edificio sagrados (en la que caían los relámpagos). Pero los rayos atraídos por esas cruces y veletas; nunca se interpretaron de un modo científico, sino explicándolos como un milagro. Concediendo a aquellos símbolos, que coronaban las iglesias y campanarios, el poder apotropaico y religioso de proteger a la población. Este modo de pensar, ligado a la magia o a un poder indiscutible; es común entre las personas dogmáticas -tal como hemos expuesto-. Quienes, incapaces de razonar (o carentes de cultura), prefieren justificar los hechos fundamentándose en lo “sobrenatural” o en una “ley universal” -bajo una idea o política- ; manteniendo además, que esas ideas son inamovibles. Todo lo que comúnmente avalarán los sabios más reconocidos en las Sociedades dogmáticas; ratificando estos criterios incuestionables, dando así la razón al pueblo -para ganarse su voluntad-. Pero principalmente, apoyando a los poderosos, demostrando que hay verdades inquebrantables -logrando con ello, su favor-. Humillando y persiguiendo a los que estudian y buscan la verdad; quienes suelen quedar postergados en su época y solo reconocidos con el paso del tiempo (al comprobarse sus teorías como ciertas).

Los hechos descritos en el anterior párrafo, han sido motivo principal para impedir la evolución y el progreso en la civilización o en la cultura. Avance real, que solo se produce cuando los líderes sociales son justos y cultos; pero a su vez, cuando los sabios elevados a máxima categoría, basan sus teorías e ideas en una verdad intuida y demostrada -nunca dogmática-. Momento en que ambas élites (dirigentes y estudiosos) tan solo aprovecharán sus privilegios para el bien común; trabajando en favor de la Humanidad. Contrariamente a cuanto ocurre en las organizaciones dogmáticas, donde todos procurarán mantener unas ideas inamovibles; con el fin de que la Sociedad no evolucione. Confirmando cuanto los fuertes dictan y afirmando cuanto los ignorantes desean oír; tal como sucede entre los grupos solo movidos por principios maximalistas -sean religiosos o políticos-. Donde, por mucho que sus masas y su poder férreo logre crear grandes naciones; tan solo expandirán con ellas, dolor y opresión. Mientras una Sociedad sin dogmas -de ciencia, ni de religión-, podrá avanzar como civilización y cultura; siempre que fije sus principios en una filosofía humanista y en unas creencias profundas (sin verdades inamovibles, pero con fe en el Hombre y en la Creación)



SOBRE ESTAS LINEAS: una cruz procedente de la espadaña de la ermita de San Salvador, o bien del antiguo Via Crucis, de Mota del Marqués; Valladolid (actualmente caída y colocada a la entrada del Pueblo). Al ver la imagen, comprendemos la utilidad como pararrayos que tuvieron las cruces y ornamentos metálicos, que situaban en las entradas de poblaciones y en los edificios más altos (sobre los tejados de las iglesias).




SOBRE; JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
tres imágenes de la catedral de El Burgo de Osma, donde se aprecia un pararrayos. A mi juicio, este elemento es coetáneo a los primeros que se colocaron en España (a fines del siglo XVIII). Curiosamente, la torre luce una cruz junto al pararrayos; símbolo cristiano que -a mi juicio- ejerció la misma función protectora sobre las tormentas.





JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, techo de la catedral de León (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen), con geometría cruciforme. En su centro El Resucitado, sujeta una cruz. Como hemos mencionado, los templos cristianos mantienen esta forma de cruz, en sus proporciones, apoyos, planos y decoraciones. Abajo, ermita románica, junto una carretera, en las cercanías de Prádenes (Segovia). La cruz de su espadaña es prácticamente igual a la que veíamos antes, en la imagen primera (de Mota del Marqués).





JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: dos fotos del interior de la Catedral de León (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen) Al lado, reja en una de sus capillas. Abajo, veleta y cruz de la antigua espadaña sita antaño en una de sus torres y que actualmente se conserva expuesta en el claustro.








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
dos cruces existentes en la fachada del Parador de León. Al lado, grabadas por los peregrinos; abajo una bella escultura en bajorrelieve con la de Santiago.






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: al lado foto donde aparece el autor de este artículo, el pasado verano del año 21, en el claustro de la Catedral de León (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Observemos tras mi figura, la antigua veleta mayor y espadaña, con proporciones colosales; que atraería todo tipo de rayos. Abajo, Crucificado en una lápida de las paredes, pertenecientes al mismo claustro.







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: dos imágenes de Madrigal de las Atas Torres, donde podemos observar un crucero en la calle y la iglesia mayor con su espadaña.





BAJO ESTAS LINEAS: Una de las pocas iglesias que aún se mantienen en pie, en Mayorga (Palencia). Población que tenía diecisiete templos mudéjares, la mayoría románico-góticos; aunque prácticamente todos han desaparecido. Observemos la belleza de su torre y su espadaña.





JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: dos imágenes del convento Carmelita de Medina del Campo (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Fundado por Santa Teresa de Jesús, se ha conservado hasta nuestros días casi en el mismo estado que tuvo en sus primeros tiempos; por lo que es una verdadera joya arquitectónica. Al lado, pila benditera en una de sus paredes. Abajo, uno de sus pasos y escalera.






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
dos imágenes más del convento de Carmelitas de Medina del Campo (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Al lado, otra pila de agua bendita, con una cruz sobre ella. Abajo, pared del convento, adornada con una gran cruz. Ambas cruces están decoradas con marfiles y madreperla, por lo que pudieran ser de origen o tradición oriental (filipina, incluso Nambán).





JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, ventana de Medina de Rioseco, con una reja en típica forma de cruz. Abajo, magnífico conjunto que se expone en la sacristía de la iglesia de Capillas, Zamora. En la parte superior vemos una preciosa cruz del siglo XVII, adornada en marfiles y situada sobre una arquilla coetánea, decorada con dos ángeles.



BAJO ESTAS LINEAS: maravilloso Cristo románico del convento de San Salvador, de Palacios de Benaver, Burgos (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). La fotografía expresa todo el valor simbólico de esta figura.






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
detalle de un pequeño Cristo del siglo XVIII, existente en la iglesia de Mucientes, Valladolid (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Observemos de nuevo las influencias orientales en sus decoraciones -que bien parecen filipinas-.






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, de nuevo, magnífico crucificado expuesto en la sacristía de la iglesia de Cigales, Valladolid (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, Cristo que preside el lateral del altar mayor en la iglesia de Mucientes, Valladolid (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).





JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, la ermita de San Salvador, en Mota del Marqués (Valladolid). Vemos el templo en ruina, poco antes de que fuera consolidado (en 2021), con la espadaña en peligro de caer. Abajo, escudo del priorato de Calatrava y familiar de la inquisición; en la casa de Mota del Marqués, perteneciente a la familia Polo (administradores de los duques de Alba en el siglo XVII y XVIII).





JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: dos imágenes más de Mota del Marqués. Al lado, antigua entrada al hospital de caridad, con su arco y escudos. Abajo, ermita del Cristo del Humilladero, con un crucero a su puerta, que conserva una divertida leyenda (diciendo los lugareños que bajo este se encuentra enterrado el corazón de Don Juan de Austria).







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, sacristía de la iglesia de Mucientes (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, plaza mayor en Peñaranda de Duero, en cuyo centro se halla un magnífico “rollo” de justicia, coronado por una espadaña.






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, mi mujer (Chiho) junto a una parada del Via Crucis en Pinilla de Toro, Zamora. Abajo, iglesia con forma de basílica, a las afueras de Pinilla de Toro. Se encuentra sin techo y en ruina; su mal estado es solo comparable a su belleza.








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, detalle de la maravillosa iglesia de San Miguel, en Piña de Campos, Palencia (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, Chiho junto a las paradas del Via Crucis, de Prádenes (Segovia).





JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, imponente espacio con un altar, en el Convento de las Clarisas de Salamanca (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, exterior de la iglesia románica de San Martín de Fromista; en Palencia. Este templo es uno de los ejemplos más vivos y especiales del románico en la Ruta Jacobea; sobre sus torres observamos las preciosas espadañas.







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, exterior de la iglesia mayor de Sanabria (Zamora). En estos templos vemos siempre cruces férreas coronando el edificio; un motivo que -a mi juicio- no solo tenía un significado religioso, sino actuaba como pararrayos -lo que se habría observado desde tiempos inmemoriales-. Abajo, atrio de la iglesia de San Miguel, en Sepúlveda (Segovia).






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: dos imágenes de Chiho en el atrio de la misma iglesia de Sepúlveda (Segovia).









JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: al lado, calles de Sepúlveda (Segovia). Abajo, interior de la iglesia de Santa María la Mayor, de Soria capital (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). En este templo, se casaron en 1909 Antonio Machado y Leonor.







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, ermita de Tiedra (Valladolid); espadaña y campanario de su capilla. Abajo, ermita de Tiedra (Valladolid); espadaña y arco de su entrada al campo santo.







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, reja de una ventana en Tordesillas, Valladolid. Abajo, Nuestra Señora de la Anunciada, en las cercanías de Urueña (Valladolid). De estilo románico lombardo, fue restaurada en el siglo XVIII; con una reforma neoclásica, que -por suerte- conservó gran parte del templo original, con la torre y espadaña que vemos.







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, entrada al monasterio de Valbuena de Duero (Valladolid). Abajo, fachada principal, de la iglesia de San Gregorio (Valladolid); hoy Museo de Escultura.






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
fotos de la exposición sobre Alonso de Berruguete, celebrada en el Palacio Pimentel; por el Museo de Escultura de Valladolid -Convento de San Gregorio- (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Al lado, calvario esculpido por Berruguete (hijo), que antaño coronaba el retablo del Convento de San Benito (Valladolid, capital) y que fue desmontado en la desamortización. Abajo, Chiho en una sala de esta exposición, donde se mostraban numerosos Crucificados.





JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, iglesia de San Pedro en Villalpando (Zamora), donde vemos su mal estado y la preciosa torre campanario que conserva. Abajo, entrada a la Colegiata de Villagarcía de Campos (Valladolid)







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, colegiata de Toro, en Zamora. Se observa siempre la cruz y veleta coronando el templo -a mi juicio, actuando como pararrayos, para proteger el resto de casas-. Abajo, anochecer en Albarracín (Teruel); en la imagen se observa la gran espadaña de su Seo principal.







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, entrada a la catedral de Morella (Castellón). Abajo, fachada del Monasterio de Santiago, en Uclés (Cuenca). En este caso es una escultura del santo la que sujeta una espada y una cruz de hierro; allí colocada para que actuase como pararrayos -en mi teoría-.







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, Chiho entrando a la basílica de Alarcón (Cuenca). Abajo, Ventanas de Albarracín (Teruel); cuyas rejas suelen estar decoradas con cruces. Sin lugar a dudas, estas cruces que adornaban las ventanas y puertas en las antiguas casas, tenían un sentido de protección y apotropaico.








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: calles de Albarracín; con la Seo al fondo, coronada por una gran espadaña.








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, cartel en las calles de Medinaceli, Soria. Abajo, el churro de Justicia en la misma población soriana.










JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: al lado, Chiho junto a una parada del Via Cucis de Medinaceli, Soria. Abajo, exterior de la iglesia de Cantavieja, Teruel.







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado , calles de Cantavieja, Teruel. Abajo, espadaña de Iglesuela del Cid (Teruel).









JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, cerradura de entrada en una casa de la localidad turolense de Mirambel. Abajo, imagen del precioso pueblo de Mirambel, Teruel.









JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, Chiho en un crucero de Morella, Castellón. Abajo, detalle de edificios en las calles de Sigüenza, Guadalajara.







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, entrada a la catedral de Sigüenza, Guadalajara. Abajo, torres mudéjares en Teruel, capital.




E) Cruces y crisis:


En el epígrafe anterior explicábamos por qué el pararrayos tardó tantos siglos en inventarse, aunque durante milenios se había observado el modo en que los objetos metálicos atraían al relámpago. Debido a ello -a mi juicio-, colocaban sobre los puntos más altos de las poblaciones, adornos y símbolos picudos fabricados en bronce o hierro. Cuanto expreso, se ratifica históricamente con numerosos cultos divinos, realizados sobre lugares donde descargaban las tormentas. Destacando principalmente, los ritos celebrados por los romanos, en esos “puntos” tocados por el rayo (en el campo o en las urbes). Tomándolos como sagrados y cubriéndolos con un altar, denominado “Puteal Scribonianum”; cuyo centro quedaba vacío, pudiendo observarse el daño causado por la fuerza del relámpago sobre la tierra. Alzando allí un templete, con forma de brocal de pozo; donde se celebraban ofrendas a Júpiter, sacrificando ovejas denominadas en latín “bidens” -por cuanto los llamaron Bidental-. Estos sitiales servían entre los ciudadanos romanos, para jurar, dirimir pleitos o llegar a acuerdos vecinales. Siendo un ejemplo histórico del pensamiento mágico sobre las tormentas; aunque tales supersticiones se instituyeron en todas las religiones. Por cuanto, de igual manera, en el saber popular hispano existió la costumbre de combatirlas a través de “las piedras del rayo”. Amuletos sobre los que extensamente he tratado en TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE (4) . Donde explicaba que la aparición bajo tierra de hachas neolíticas y paleolíticas -perfectamente talladas-; se identificó con esta caída de luz “divina”, que penetraba en las entrañas del campo, produciendo aquellas bipennas. De ese modo el “bidental” se unió durante la Edad Media a la “bipenna”; piezas apotropaicas que durante siglos los lugareños tomaban de los yacimientos prehistóricos, para usarlas como talismán contra el rayo. Convirtiendo las bifaces (preferentemente neolíticas) en adornos caseros o en colgantes -si eran pequeñas-; denominándolos “piedras del rayo” y con los que hasta hace menos de cien años se combatía el mal de las tormentas.

De igual manera, durante milenios fue considerado un milagro -o un poder divino- esa facultad observada en las espadas, hoces, espadañas o cruces; que al colocarse en alto, atraían a los relámpagos (4) . Hechos que la mente “mágica” justificó bajo una única idea (principalmente religiosa); haciendo imposible su comprensión desde principios científicos y sometido a teorías modificables. De tal modo, tuvimos que esperar a Franklin, para que se ingeniara un método técnico con el cual protegerse durante las descargas eléctricas de las nubes. Aunque la historia de ese invento también demuestra la enorme intuición de los constructores de iglesias y campanarios; quienes colocaron espadañas en las zonas más altas (con enorme inteligencia). Pero la obcecación de quienes nunca pudieron admitir que tan solo el metal, era lo que protegía contra el rayo (y no sus símbolos); impidió que durante milenios se crease un sistema de luchar contra este fenómeno meteorológico. Un hecho que se debe a la necesidad eterna de dominación, en las Sociedades dogmáticas; cuyos poderosos y sabios reconocidos, trabajarán siempre para justificar del “modo oficial” la realidad. Creando así unas verdades, absolutamente inamovibles y ajenas a lo cierto; con leyes e ideas incapaces de modificarse o de discutirse. Naciendo de ese modo lo que definiríamos como “la cruz de la luz”. Un término con el que deseo explicar como en ciertos momentos históricos y cuando las Sociedades entran en decadencia -aunque estén en absoluta plenitud económica-. Generan, por medio de la ciencia o de las creencias, un sistema de verdades oficiales indiscutibles. Siendo ese sistema dogmático, asentado sobre “principios únicos”; lo que supone una auténtica cruz para quienes desean conocer la Verdad con mayúsculas (científica, filosófica, humanística, estética y etcétera).

Ello ha sucedido siempre y a lo largo de toda la Historia; produciéndose de un modo especial cuando existe un cambio de Era o de tiempo. Momento en que al modificarse las ideas o introducirse nuevos preceptos; obligan a todos a pensar del modo en que la nueva época manda. Todo lo que podremos ver históricamente, tras la aparición de nuevas tecnologías o durante grandes crisis históricas. Para comprender mi idea; destacaremos lo sucedido cuando se inventó y fue difundiéndose El Hierro (desde el siglo XIII a.C.). Momento en que comienzan a aborrecer y hasta destruir, todo el pensamiento anterior; principalmente las religiones y Sociedades de la Edad del Bronce. Por cuanto la aparición de este nuevo metal en el Mediterráneo, supuso un adelanto tecnológico, pero un enorme atraso cultural y cívico. Lo que podremos comprobar con la destrucción del mundo Hitita hacia el siglo XII a.C.; la del Imperio Nuevo en Egipto (poco después); la desaparición de Micenas y la del Mundo Minóico. Extendiéndose desde ese momento por el Mediterráneo, hordas de verdaderos vándalos-como los Pueblos del Mar-; armados con hierro, pero casi salvajes. Algo muy similar sucedió al caer el Imperio Romano, momento en que las ideas grecorromanas fueron en gran parte perseguidas y hasta erradicadas, por quienes les sustituyeron en el poder imperial. Lo que también podremos ver -en parte- con la llegada de los árabes a Europa y durante la Edad Media. Aunque esa destrucción del Mundo anterior, no se produjo durante El Renacimiento ni en La Ilustración. Pues los renacentistas basaron toda su civilización en el pasado; estudiando y admirando la cultura grecorromana. De un modo similar a lo que sucedió en la Europa del siglo XVIII y comienzos del XIX; cuando los ilustrados obtuvieron sus luces por medio del estudio y admiración hacia las más antiguas naciones (especialmente la egipcia, mesopotámica, griega y romana).

Del modo que narramos, las grandes civilizaciones -o etapas históricas-, entran en crisis cuando sus sistemas de defensa se superan; o se transmiten a otras Sociedades menos cultas y más materialistas. Así fue como cayó Micenas, el mundo Minóico o el Nuevo Imperio egipcio; tras la aparición de las armas de Hierro. De modo similar sucedió en Roma, cuando los bárbaros se hicieron con los secretos militares del Estado. En este segundo caso por decadencia del Imperio y debido a la romanización de sus enemigos fronterizos; principalmente cuando comenzaron a contratarlos como soldados -evitando así ir los ciudadanos a la milicia-. Pues esos prisioneros obtenidos por los latinos, tras vencer en batalla y que eran esclavizados (como medio de “redención”); en época bajo imperial llegaban a ser muy pronto mercenarios romanos. Pero en numerosos casos escapaban, para regresar al pueblo que les vio nacer; enseñando allí las técnicas militares imperiales. De ese modo cayó Roma, cuando sus bases filosóficas y económicas se derritieron como un azucarillo en agua. Debido al lujo y decadencia de sus élites; unido a la vagancia de su población (que solo deseaba Pan y Circo, evitando ser reclutados). Un momento en que muchos ciudadanos también abrazaban la religión católica; para no ir a la guerra y no por motivos de credo. Escapando de la movilización miles de legionarios destinados en tierras lejanas, hacia grupos de cristianos que les acogían y bautizaban. Todo lo que provocaría una carencia de soldados autóctonos, que se fueron sustituyendo con individuos llegados de zonas fronterizas, a los que se concedía la ciudadanía tras luchar como mercenarios. Pero a los que siempre se consideró “no romanos”; por cuanto el mal trato recibido por esos bárbaros -que realmente eran los que defendían el Estado- provocó su alianza con sus hermanos de sangre y enemigos del imperio. Produciéndose así el ataque y asedio sobre territorios de Italia, culminado finalmente por el famoso Alarico I.



SOBRE ESTAS LINEAS: maravillosas torres mudéjares de Teruel, capital (siempre coronadas por su espadaña).




JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, claustro del Monasterio de Bujedo; en Juarros, Burgos (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, claustro en la catedral de Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: dos fotos más del interior de la Catedral de Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgarlas). En ellas podemos observar las geometrías cruciformes y sus decoraciones con Cristos y cruces.








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
dos imágenes más del interior de la Catedral de Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgarlas). En las que también podemos observar geometrías cruciformes con decoraciones iguales.









JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
dos imágenes más del interior de la Catedral de Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgarlas). En las que podemos observar geometrías cruciformes y sus decoraciones con Cristos y cruces.





JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, cabecera de una capilla en la iglesia de San Gil, de Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Se observa claramente su geometría cruciforme, basada en “cortes” clásicos (preferentemente, a través de Sección Áurea). Abajo, bellísimo sepulcro tallado en pizarra, perteneciente a San Gil de Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Las espadas tuvieron un poder mágico o milagroso, que le otorgaba la forma de cruz de su diseño; en la unión de su guarda con la vaina, siendo esa empuñadura cruciforme el símbolo del caballero. Ello nos lleva a entender por qué los pueblos musulmanes no usaban espadas, sino preferentemente alfanjes; cuya forma era la de Media Luna.






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, Cristo de las batallas, en San Gil de Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, Crucificado en la Sacristía de la misma iglesia de San Gil (Burgos).









JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, entrada a La Cartuja de Miraflores, en Burgos. Abajo, interior de la misma Cartuja burgalesa (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
dos fotografías más del interior de La Cartuja de Miraflores, en Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).









JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S:
 Al lado, el tímpano de la puerta principal exterior, en el mismo edificio burgalés. Abajo, Chiho a la entrada de esta Cartuja. 








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, un clérigo pasea por el interior de La Cartuja de Mirafores, en Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, Chiho junto la escalera diseñada por Diego de Siloé, en la Catedral de Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, Chiho en una de las puertas de la Catedral de Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, Calvario románico en una de las capillas de la catedral burgalesa (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, techo y cúpula del cimborrio mayor en la Catedral de Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Observemos las geometrías cruciformes. Abajo, entrada en misa, en Gumiel de Izán, Burgos.







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, tumba medieval, adornada con una cruz; en la Iglesia de Gumiel de Izán, Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, calles de Marvao, Portugal; con casas coronadas con cruces.







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, plaza de Peñaranda de Duero, Burgos. Observamos el bello churro de justicia, frente a la Iglesia. Todos ellos, presentan cruces colocadas a modo de pararrayos. Abajo, rejas en la preciosa iglesia de Piña de Campos (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: dos imágenes de cruceros en las calles de Baeza (Jaén).








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, casa-palacio del siglo XVIII en Cazalla de la Sierra, Sevilla. Abajo, torre mudéjar de la iglesia de Santa Cruz, en Écija (Sevilla).









JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, detalle de una estela en los Jerónimos de Granada (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, exterior de la Ermita de Villadiego, Córdoba.









JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, iglesia de La Asunción en Guadalcanal (Sevilla). Abajo, Chiho en un crucero, junto al Castillo de Santa Catalina, en Jaén (capital).








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, sala capitular en Los Jerónimos de Granada (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, plaza en Priego de Córdoba con una columna con cruz, en medio.








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, detalle de una hornacina con cruz, en las calles de Priego de Córdoba. Abajo, tres cruces en el Barrio de Santa Cruz, de Sevilla.










JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado y abajo, de nuevo; tres cruces, en el Barrio de Santa Cruz, de Sevilla.








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, procesión en las calles de Sevilla (Semana Santa 2021). Abajo, atardecer en la iglesia de Sabiote (Jaén).









JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, Fuente de Santa María, en Alanis (Córdoba); antiguo lavadero. Abajo, ermita en Monforte de Estremoz, Portugal







F) Cruz y luz:

Regresando a nuestro planteamiento; diremos que en esos momentos de enorme crisis Social, provocada por una gran decadencia o por la aparición de nuevas armas, se “anulan” las defensas y recursos de las civilizaciones más antiguas. Siendo entonces, cuando entran nuevos pueblos en la Historia, portando ideas diferentes y provocando momentos del dogmatismo más radical; principalmente introducido por aquellos que vencen o dominan a naciones más antiguas. Ejerciendo así la función de aniquilar gradualmente los residuos de aquella vieja civilización, que entró en decadencia; para sustituirla con un nuevo poder y una cultura “reinventada” -degradando toda filosofía y pensamiento anterior-. Imponiendo leyes muy diferentes y una ideología novada, cuando se adueñan finalmente de Sociedades ricas, pero en declive. Logrando así apoderarse de las bases económicas, convencer a la población de la necesaria ruptura con el pasado y dominar las élites (a las que finalmente erradicarán, ocupando su lugar). Ello fue lo que sucedió durante la caída de Roma, cuando los bárbaros -arrianos- se introdujeron y los romanos claudicaron ante su presencia (al ser más fuertes y considerarlos también cristianos). Comenzando a crearse un nuevo imperio, dividido en tantos reinos como la Historia autorizó. Teniendo todos ellos como característica el dogmatismo y el olvido de el pensamiento y tradiciones grecorromanas. Pereciendo así una maravillosa filosofía, un Derecho y unas costumbres milenarias; que ya solo se mantuvieron parcialmente en los conventos y pero que los nuevos dueños desecharon. Lo que comenzó a suceder principalmente, tras la aparición del segoviano Teodosio; que convirtió el Imperio en un Estado confesional. Prohibiendo tradiciones tan arraigadas como los Juegos Olímpicos o los florales; llegando a incendiarse los principales templos paganos, junto algunas de las bibliotecas públicas más importantes de la Antigua Roma.

Sin querer ser pesimistas, hemos de considerar que históricamente nos encontramos en un punto muy parecido al descrito; debiendo ver que nuestra época es “demasiado parecida” a los siglos IV y V d.C.. Un momento de enormes dudas y decadencia, que se generó cuando los romanos comenzaron a contratar bárbaros en sus filas (para no ir a la guerra) y en el que una nueva religión (la cristiana) pasó a sustituir la filosofía antigua. Aunque en nuestro tiempo se ha producido además el cambio de Era, tal como sucedió con la aparición del Hierro (que derrocó todas las civilizaciones anteriores, procedentes de El Bronce). Así pues, es inevitable realizar una comparación al observar que la Era Atómica o la Edad del Plástico, ha nacido desde mediados del siglo XX; momento en que las civilizaciones más antiguas de Europa y Asia, fueron desapareciendo (o transformándose). Hablamos de la Antigua Europa y de las culturas tradicionales de China o Japón; que desde la guerra del 14 y desde el final de la Segunda Guerra Mundial, fueron radicalmente cambiadas (en sus bases sociales, culturales y económicas). A ello se une el hecho de la emigración masiva, surgido desde fines del siglo XX; que puede equipararse al reclutamiento de bárbaros en los ejércitos de la Antigua Roma. Pues por entonces, los romanos no querían ir a la guerra; mientras hoy los europeos y norteamericanos no desean hacer ciertos trabajos, en los que emplean inmigrantes. Todo ello, supone un cambio de Era y el relevo con mano de obra “extranjera” o emigrada, en los países más ricos; provocando la desaparición de un Mundo, tal como lo hemos conocido. Una civilización “nuestra”, nacida de la Edad Media, heredera directa del Renacimiento y originada por La Ilustración y la Revolución Industrial. Cultura y Sociedad, cuya desaparición se acelera aún más, debido a los adelantos tecnológicos; cayendo en picado desde la difusión del mundo digital y los ordenadores (que permite el control del individuo de un modo solo comparable al que practicaron las Sociedades más autoritarias).

Es así, como -a mi juicio- en nuestros días, la Luz se ha convertido en Cruz. Debido a que hasta la ciencia ya tiende al dogmatismo; obligando a pensar a todos, que los preceptos científicos son indiscutibles. Pese a que solo deberíamos considerar “verdad científica” aquellos planteamientos que resuelvan por el procedimiento más sencillo, las diferentes hipótesis. Una “verdad en duda” que ya no existe, siendo sustituida cada vez más por preceptos que se diseñan desde el poder. Ideas que en gran parte se convierten en dogmas y que estigmatizan a todo aquel que no las acepte. Tachándose actualmente de “negacionista” a los que no admitan la “verdad oficial”; tal como se hizo en los momentos más autoritarios de la Historia. Siendo similar la persecución que hoy sufren quienes no opinan como “se debe hacer”; a esas purgas religiosas más antiguas (usando el Sambenito de los Medios de Comunicación o el asedio con Redes Sociales). Todo ello, tras un siglo como el XX; donde las guerras y revoluciones han provocado más de doscientos millones de muertos. Es decir, dos millones de asesinados al año (de promedio) debido a causas políticas; lo nunca visto antes en la Historia. Pese a todo, hoy la Humanidad se siente ufana y feliz de lo sucedido en nuestros tiempos; donde las guerras eliminan centenares de miles de seres humanos en meses, sin más motivos que los económicos. Así pues, y por cuanto expreso; ya dijimos que en nuestros días la Luz, es Cruz. No siendo desacertado calificar este momento como “el siglo de las cruces”; frente al de las luces (en La Ilustración).



SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Arriba, Chiho junto al famoso crucero de Barcelos, en Portugal. Este monolito rememora la leyenda del gallo de Barcelos, muy similar a la de Santo Domingo de La Calzada (También en el Camino de Santiago). Al lado, pasillos en el Hotel Monasterio de Tibaes, junto a Braga; Portugal (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, plaza de Cabecera de Basto, junto a Guimaraes; Portugal.







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado, plaza de Cabecera de Basto; Portugal. Abajo, Chaves, Portugal (sobre los matacanes del castillo, vemos pararrayos modernos).






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, Chiho junto a una lápida templaria en el Monasterio de Castelo Rodrigo, Portugal. Abajo, Crucero en San Joao de Castelo Branco.





JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: dos imágenes del Museo de estelas y tradiciones de Estremoz, Portugal (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: dos imágenes del castillo de Estremoz, Portugal. En ellas, vemos a Chiho y a su hermana Emi; pudiendo observar que aquí no hay pararrayos en los matacanes, sino todavía cruces de hierro.








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, reja en una ventana de Freixo de Espada al Cinto, Portugal. Abajo, dos estelas ibero romanas, con cruces giratorias (Lauburu); propiedad del Museo Arqueológico de Guimaraes; Portugal (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, estelas en la ermita del Castillo de Guimaraes, Portugal. Abajo, claustro del convento que contiene el Museo Arqueológico de Guimaraes; Portugal (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: dos imágenes más de Guimaraes. Al lado, el arco de tip romano, en su plaza de la Catedral, con un crucero. Abajo, ermita románica, en los jardines del Castillo.








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
dos imágenes más de Guimaraes. Al lado, estelas en el suelo de su ermita románica, en los jardines del Castillo. Abajo, edificios de Los Jesuitas. Observemos el precioso gallo que luce su veleta en lo alto de la iglesia.







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
dos imágenes más de Guimaraes. Al lado, fuente de la Cruz, en sus calles. Abajo, interior del arco del crucero, frente a la catedral.









JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
otras dos fotos de Guimaraes. Al lado, Crucero en sus calles, junto a la catedral. Abajo, interior del Museo Arqueológico (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Esta maravillosa entidad tiene su sede en un antiguo convento, del que podemos ver su claustro y su crucero central.







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
dos imágenes de las calles de Marvao, Portugal.






BAJO ESTAS LINEAS: las calles de Marvao, Portugal.






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: dos imágenes de Monsanto, Portugal. Sus calles y símbolos; sitos sobre rocas y peñas.









JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: dos imágenes de Monsaraz, Portugal.



BAJO ESTAS LINEAS: El castillo de Mouräo, en el Alentejo, Portugal.





JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
dos imágenes más de las Calles de Mourao (Portugal).







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: dos fotos de la iglesia de Los Jesuitas, en Oporto (Portugal).








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: estelas medievales con cruces, en el Museo de Penamaçor, Portugal (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).




JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, Portalegre, Portugal; una hornacina de un eficicio, decorado “a la lusitana”. Abajo, iglesias de Ponte de Lima, Portugal.







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: dos imágenes de Redondo, Portugal. Su cementerio viejo y una iglesia.






BAJO ESTAS LINEAS: Iglesia de Ribeira da Pena (Portugal).






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: dos fotos del Monasterio Hotel, de San Pablo, en Redondo -Portugal- (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Una pila benditera, al lado; abajo, su iglesia reconstruida.





BAJO ESTAS LINEAS: Monasterio Hotel, de San Pablo, en Redondo -Portugal-. Vista exterior.






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
otras dos fotos del Monasterio Hotel, de San Pablo, en Redondo -Portugal- (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Cruces en su iglesia, reconstruida.







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: dos imágenes de la plaza del Convento de Jesús, en Setúbal (Portugal). Tiene en su centro un crucero tallado en piedra de Arrábida; un extraño mármol que tan solo se da en esta zona portuguesa. La cruz y su basamento fueron levantados por el Duque de Coimbra (Lancastre) hacia 1530; y son Monumento Nacional desde 1910. Aunque este emplazamiento, tristemente se usa como lugar para practicar el patinaje.






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
dos imágenes más de la plaza frente al Convento de Jesús de Setúbal y su crucero Manuelino; usada para patinar en Sakateboard y pleno de graffitis en sus paredes... . ¡Qué cruz!... .








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: Al lado , miliario del siglo I, coronado por una cruz, en Valença, Portugal. Abajo, fuente en el jardín del Monasterio Hotel de Tibaes, Braga; Portugal.








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
dos fotos del imponente convento de Viana do Alentejo, en Portugal (comparable al de Gualadupe y al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen) . Al lado, crucero central; abajo, techos de los templos.







JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
dos imágenes más del convento de Viana do Alentejo, en Portugal (al que agradecemos nos permita divulgarlas). Al lado, restos bajo el crucero; abajo, Chiho junto a este.





JUNTO Y BAJO ESTAS LINEA
S: dos imágenes de Viseo, Portugal. Al lado su iglesia de La Misericordia en la Plaza mayor, llamada de la Se. Abajo, el lado opuesto de esta plaza, donde se sitúa la catedral (la Seo). Para terminar este epígrafe, diremos que Viseo es una de las “cunas” de Viriato; el general y pastor que fue una cruz para Roma.






FINAL: LA IBERIA DE ANGEL Y CHIHO:

La Iberia de Angel y Chiho es un homenaje a la cultura y civilización hispana. Su título refiere el primer gran libro escrito sobre nuestra Península (sita al extremo occidente mediterráneo): LA IBERIA de Estrabón. En esta serie de artículos tratamos sobre nuestras tierras, rememorando sus ancestros y recordándolos desde un tiempo anterior a los helenos. Quienes conservaron su recuerdo histórico llamando Iberia a toda la Península, y concibiéndola ya como un territorio unido culturalmente (a menos, desde el siglo VI a.C.; tal como hizo Heródoto). Al final del presente capítulo, explicamos la idea de esa “Iberia de Angel y Chiho”; que surgió tras los centenares de miles de kilómetros que hubimos de recorrer, ejerciendo nuestra profesión o estudiando España. Viajes culturales o de trabajo, en los que tomamos más de un millón de fotografías. Visitando toda la Península y quedando enamorados de estas tierras cuyo valor histórico ha sido inigualable (al menos hasta hace decenios). Con el fin de que no se pierdan muchos de los rasgos estéticos e intelectuales propios de la Península -caracteres que va borrando la nueva civilización y las modas recientes-. Recopilamos estas fotos, ideas o datos, en memoria de todos aquellos que construyeron y mantuvieron algunos de los lugares más bellos e interesantes del Mundo. Homenajeando así a esta Iberia, que mi mujer y yo tanto hemos querido; y de la que tanto hemos disfrutado.

Hace más de tres décadas, me casé Chiho; y desde los primeros años, tuvimos que recorrer España y Portugal. Viajábamos por motivos de trabajo e interesados en el estudio de nuestra cultura; recorriendo cientos de miles de kilómetros y visitando todo lugar que alcanzábamos. Nuestro fin fue promocionar productos, dar a conocer España en Japón, o bien estudiar cada esquina de la Península (para comprender nuestra civilización). Pero cuando teníamos compendiado un gran archivo, con el que podríamos publicar obras, se produjo un desastre: Una inundación sucedida en Madrid el 23 de junio de 1995 afectó a nuestro despacho, destruyendo las fotos y la documentación que habíamos acumulado hasta entonces. Aquella terrible riada se llevó también mis estudios y todo lo que había escrito hasta esos días (incluso grabaciones y composiciones). Debido a ello, de aquellos primeros viajes nuestros, apenas quedaron algunas fotos. Finalmente, pocos años después de la inundación que asoló nuestro archivo, apareció el sistema digital. Y con esta nueva tecnología volvimos a fotografiar nuestras rutas por Iberia, rehaciendo así esta labor de estudio y compilación, que hoy vamos divulgando.




JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Dos fotografías de nuestra boda, tomadas treinta y dos años atrás por el empresario y fotógrafo: Roy Uéhara.








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CITAS:

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(1): Porro Fernández, C. A. (2001). Algunas aclaraciones en torno a los bailes folklóricos en la provincia de Valladolid. Revista Folklore, 244, pp. 119-127.

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(2): ALGUNAS ACLARACIONES EN TORNO A LOS BAILES FOLKLORICOS EN LA PROVINCIA DE VALLADOLID

PORRO FERNANDEZ, Carlos A. // Publicado en el año 2001 en la Revista de Folklore número 244 -

LA ESPADAÑA

Junto a la danza de "el zángano", el baile más emblemático y el más reconocido por los vallisoletanos es el de la espadaña, humana y femenina torre que ha servido de clausura desde los años cincuenta a las actuaciones de las agrupaciones de bailes regionales de toda la provincia.

Cuentan, según las explicaciones tan traidas y llevadas por estas agrupaciones desde los años cincuenta, que la danza surgió como recuerdo de la figura arquitectónica que formaban las mozas, cuando subían unas a hombros de otras o a la espadaña de la iglesia para ver el regreso de sus maridos y novios de la guerra. Se vestían ya para esta ocasión con un supuesto antiguo traje de luto, un traje blanco, que anunciaba el triste período de duelo que alguna iba a sufrir.

Las figuras de arcos, puentes, castillos, o "espadañas" han sido muy frecuentes y antiguas en la tradición de danzas en nuestra península, conservándose en muchas provincias en agrupaciones de danzantes procesionales y de paloteo (12). Se conocen danzas de este tipo en Burgos, Soria, Zamora y están asimismo extendidas por toda la geografía española, no solamente en el caso conocido de "castellers" de Cataluña sino del mismo Cáceres donde sabemos que ya a mediados del siglo XVII eran populares estas torres humanas como acompañamiento procesional (13).

La repetitiva melodía jotesca sirve como soporte de una coreografía de estilo tradicional que representa un juego de filas, corros y serpenteantes figuras propias de danzantes procesionales o de paloteo, que después de las evoluciones rematan la danza en una figura de arco y castillo, al subir los danzantes (mujeres en este caso) unos sobre otros, haciendo equilibrios entre la cintura y la cadera, representando la figura de la espadaña de una iglesia. Estas danzas han sido siempre propias de cuadrillas de danzantes masculinos, aunque la característica principal de esta agrupación, femenina, hizo que tanto aquí, como en otras provincias fueran mujeres las que retomaran esta danza, vistiéndose con el traje propio de los hombres danzantes, las conocidas enagüillas. Así ocurrió también en Segovia, aunque ha sido en Valladolid, donde la representación actual de esta danza se ha perpetuado en cuadros de mujeres, ataviadas de esta guisa, con enagüillas, cintas, pololos encintados y tocas de flores a la cabeza.

Nuestra "Espadaña", parece ser que se representaba a principios del siglo XX en la localidad de Valdestillas, aunque desconocemos si era una costumbre existente en otros pueblos de la zona. Se conoce en la localidad cercana de Matapozuelos, la costumbre de hacer dos torres paralelas de danzantes formando un arco con varios pañuelos entrelazados a la puerta de la iglesia, por el que pasa la imagen de la Virgen de Sieteiglesias, junto a la comitiva acompañante.

En Valdestillas se realizaba una espadaña (así se denominaba) el día 10 de mayo en la festividad de la Virgen del Milagro. La formaban dos personas, Eustaquio Fadrique "Mentirillas" que subía a los hombros de Jesús Sánchez, en medio de la calle de danzantes, siempre hombres, que bailaban delante de la Virgen. El recuerdo está ya sólo en los mayores, pues la danza dejó de realizarse hacia los años treinta, aunque quedan numerosos detalles de la representación, como la figura, el toque de pitos y castañuelas desde lo cimero de la torre humana a la vez que lanzaban vivas al Ayuntamiento, a los danzantes y autoridades varias y se recitaban algunas coplas acerca de los acontecimientos locales (14). El desarrollo del baile era el siguiente: Transcurrido un tiempo de la procesión con melodías de contradanza, mudanza y entradilla en la que venían bailando los hombres en dos filas, se llegaba a un punto determinado, en este caso a la entrada de la calle Real, y el dulzainero tocaba una señal, continuando con las melodías, mientras se separaban los dos danzantes y realizaban la figura de la espadaña de manera semejante a como hoy día se hace en las localidades en las que se compone el arco o el castillo.

Nos han llegado algunos testimonios escritos y orales de esta costumbre, concretamente un texto escrito en 1916 por Mariano Salas y conservado en la extensa memoria de Irene San José. Este texto relata todo el desarrollo de la fiesta del Milagro a primeros del siglo XX y refiere también esta costumbre de la danza. Extraemos así la siguiente cita del texto:

No se recordaba una melodía concreta para realizar la danza. Al preguntar a los familiares de estas personas por la melodía empleada por el afamado músico Encinas, dulzainero habitual de esta fiesta se comentó: "¿La música?...era una entradilla la que hacían", tarareando a continuación un fragmento de la célebre "Pinariega" o danza de la Virgen, mudanza afandangada popular de estas tierras y propia de las procesiones que, como la entradilla, daba siempre un carácter de rito remarcando el sentido de ceremonia de la danza. Algunas mudanzas de "entradilla" se emplean hoy como música propia de la danza "Del Arco" o de "La Puente" en tierras segovianas.

Una más coherente explicación acerca del origen real de este tipo de bailes la ofrece, el propio Joaquín Díaz: Casos como el de la llamada "espadaña", a la que una interpretación reciente y difícilmente creible vio como una torre de mujeres atisbando si sus maridos venían de la guerra, no eran sino representaciones del alma que debía conquistar con la ayuda de la Virtud la altura, el lugar elevado (castillo, torre, etc) desde el cual mirar de frente y con ojos limpios al Creador; hay que considerarlas, por tanto como danzas de homenaje al Santísimo. No olvidemos que, además del tono didáctico que tenía la procesión del Corpus, mucha gente la seguía desde la calle, lo que forzaba a los diseñadores de ingenio a elevar la altura de los estrados rodantes y carros donde se daban las actuaciones. Por otra parte, ya el poeta Claudio testifica la antigüedad de este tipo de espadañas humanas cuando, al describir unas fiestas circenses, celebradas en Tarraco en honor del cónsul Teodoro, dice: "Unos hombres enlazados formaron en un abrir y cerrar de ojos una edificación sobre sus hombros subiendo unos sobre otros, y en lo alto de esa pirámide un muchacho bailaba con las piernas enlazadas". Similar sentido podía tener el arco humano realizado todavía en diferentes pueblos de Segovia (16), del que nos habla Rosa María Olmos en su libro Danzas Rituales y de Diversión en la provincia de Segovia, aunque la autora, siguiendo diferentes fuentes etnológicas, prefiere conferir a este tipo de danzas un carácter propiciatorio para el crecimiento de los cereales".

El baile formaba parte del antiguo repertorio de la agrupación de Flechas de Valladolid, que como hemos comentado, tenían por costumbre practicarla entre las tablas de gimnasia junto a alguna jota, como la de Iscar que luego pasaría al repertorio de Coros y Danzas. Este baile en principio se desarrollaba entre ocho personas como la mayor parte de las danzas de palos de nuestra provincia en las últimas décadas, pero fue adaptada para doce (como se conserva en la actualidad) por Carmen Tejeiro ya que éste era el número necesario de chicas para participar en los concursos y exhibiciones de tablas gimnásticas en esos años, ordenadas en grupos de Gimnasia Rítmica, Equilibrio, Paralelas y Danzas (17).

También el-ejercicio de dar vueltas la pareja principal, una vez en hombros, fue ideado por esta mujer ya que antes la posición era más estática. Nuevos movimientos se fueron incorporando poco a poco, y unas décadas después algunos de estos danzantes "femeninos" correteaban por todo el escenario en un verdadero alarde de equilibrio.

Con "La espadaña", acudía Valladolid a los concursos locales y provinciales de gimnasia y "danzas", quedando en numerosas ocasiones en los primeros puestos, y hoy día sigue causando admiración a todos aquellos que la contemplan, pues el cuidado efectismo que conlleva así lo propicia (18).

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(3): A LOS INTERESADOS VER EN ARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE, LOS SIGUIENTES ARTÍCULOS

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62ª- Dioses del comercio y la prosperidad, venidos del cielo. (de Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXXIII). -PROCEDENCIA DIVINA DE LOS METALES Y SENTIDO SAGRADO DE LAS JOYAS- VER:

http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/01/1-6.html

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63ª- Mercurio dios del comercio y la prosperidad. (de Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXXIV). -LOS DIOSES QUE ENVÍAN EL ORO Y LA PROSPERIDAD, RELACIÓN DE LA JOYERÍA CON LOS ASTROS- VER:

http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/01/1-9.html

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(4): Es importante consultar los trabajos de divesos folkloristas del siglo XIX y comienzos del XX (como Constantino Cabal) y en especial el libro Mitologia Vasca (editado por Txertoa, año 1985; en Estella) del Padre Barandiarán. Para ver como desde los tiempos más antiguos, en el Norte de España, se colocaban hoces o espadas, sobre altos palos a cierta distancia de las casas; con el fin claro de proteger los hogares del rayo.

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