martes, 8 de enero de 2013

APRENDER JAPONÉS EN UN MES SIN ESTRÉS (capítulo tres):

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El saludo en Japón es absolutamente imprescindible. Dice el refrán "DONDE FUERES HAZ LO QUE VIERES". De tal manera es totalmente recomendable saludar tal como ellos lo hacen (por muy raro que nos parezca). En el caso del mundo de empresa, es importantísimo el uso y presentación a través de una tarjeta que tiene unos modos prederminados: Esta se entregará tomada con ambas manos y por los extremos -dejando que se vea claro su nombre en el momento de ponerla en manos del interlocutor-. Es decir, nunca haga Ud. el tan típico ademán español de dar la tarjeta de visita como si estuviera repartiendo cartas en el Mús... . Sinó, más bien tómela como un capote, por ambos lados y póngase como si viera al que tiene frente a Ud., en posición de embestida. Si en ese mismo momento, además Ud. hace el ademán del banderillero, levantando un poquito los talones y luego suelta una reverencia bajando el solomillo hasta el suelo; será considerado un hombre muy bien educado.


Por lo demás, cuando la otra persona le dé su tarjeta -correspondiendo-, no la tome con una mano, ni menos la guarde en el bolsillo -sin mirarla y como si hubiera recibido una publicidad en la calle-. Leála (aunque no la comprenda), haga que le parece muy interesante y procure tenerla sobre la mesa durante toda la reunión (admirándola como si fuera un cuadro del mismo Miró -ya que suelen venir escritas en Kanji-). Si tiene Ud la mala suerte de que tras haber intentado hacer todas estas ceremonias perfectamente, le hacen entrega de una tarjeta con un nombre o rótulo extraño (como el que ve en la foto y que en una ocasión me dieron); no se preocupe. Si aquello le produce la misma risa que a mí me provocaba cada vez que leía lo de LAPUTA... Dígale al contertulio lo que le pasa, será el comienzo de una gran amistad (o bien confirmarán que Ud. es -de verdad- un español de pura cepa)... .





AL LADO:
El saludo en Japón es absolutamente imprescindible. Si recibe una tarjeta como esta, siga las isntrucciones que en esta entrada le ofrecemos.



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ABAJO: Una de las constantes japonesas es la previsión. He aquí un ejemplo en las vaguadas que dejan en los rios, miles centenares de metros de margen entre cada lado (para que en caso de inundación no haya problemas). Les parecerá increible, pero les aseguro que la foto está tomada en el centro de una ciudad; es el rio Tonegawa, que pasa por donde yo vivo, dividiéndola en dos partes tan habitadas y tan cercanas como puedan ser Triana y Sevilla.


Y es que "estos japoneses" son demasiado precavidos, lo que a veces resulta rarísmo. Tanto que me hacen preguntas como la de: -"¿Cuanto vale el seguro profesional para ser torero un año...?"- . Yo me quedo asustado y solo les digo: -"¿Un seguro anual taurino?... Yo que sé....¿Pero tú te crees que alguien le va a hacer un seguro a un tío que se pone delante de un morlaco?"-. Se van preocupados de que esta gente torée sin seguros buenos y hasta pensando que puede ser un gran negocio meterse en ello, ofreciendo este servicios al mundo del toro. Yo es que ni me lo planteo la vida así y tras una pergunta como esa me quedo todo el día pensando "qué tendrá este tio en la cabeza para preocuparse tanto por el seguro taurino" (es que tanta organización, es algo que no cabe en mi mente hispana).





APRENDER JAPONÉS EN UN MES SIN ESTRÉS (capítulo tres): El saludo con cortesía.

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Como decimos en Japón el saludo es tan importante como en España pueda serlo la despedida. Es decir que si uno no sabe presentarse adecuadamente en el país del Sol Naciente, es como si en el nuestro no supiéramos irnos de un lugar, cuando vemos que están hartos de nuestra presencia. La famosa frase hispana "Vámonos a dormir, que estos señores tendrán que irse", puede hacernos comprender el concepto nippón del saludo, con la bajada de solomillo casi hasta el suelo (muy "saludable" para tomar flexibilidad). Donde el presentarse es tan importante como en España despedirse; ya que los iberos tenemos por costumbre quedarnos en los quicios y las entradas, haciendo que nos vamos durante media hora; tiempo en el que habiendo dicho siete chascarrillos y dos cotilleos, hay que proferir una frase contra los políticos y después afirrmar "que frío (o qué calor) hace"; será ya entonces cuando podamos marchar tranquilos. En Japón es muy parecido -pero al revés- porque su Sociedad se basa en una norma de civismo común llamada: "Tatemae". Una idea que significaría en España, no expresar emociones o más bien "quedarse de plástico" y que es esencial en la vida civil japonesa. Por ello, para cuanto haga y si quiere integrarse bién, deberá imitar todos sus movimientos y expresiones, desde el mismo momento de saludar y presentarse.


Observará con ello que hay algunos japoneses a los que les "produce un poco de grima" ver un extranjero haciendo sus movimientos y pronunciando sus mismas palabras. Pero eso no debe preocuparle, y para que lo entienda, es como si Ud. viera de pronto que le saluda y le habla un gato, realizando reverencias y tendiéndole la mano. Algo francamente grimoso para cualquiera... . Tal como le digo y le recomiendo; cuando vaya a presentarse, lo primero será sacar la tarjeta desde una cartera cara (a ser posible "de marca"). No utilice nunca una billetera de esas que compró en el mercadillo, ya que son super-observadores (si tiene la carterita hecha unos zorros, mejor prepare antes todo disimuladamente y que no la vean). Tras ello, se pondrá Ud. en posición de firmes (balanceándose un poco si está ante una mujer y sin moverse, frente a un hombre). Tome entonces la cartulina por cada lado (cual un capote); para enseñarla como si se tratase de una factura impagada y Ud. fuera "El cobrador del frac". Posteriormente y tras hacer el ademán para que vean bien su tarjeta, dice su nombre y en ese momento, déjese llevar por el arte de cuchares: Pues tal como si fuera a poner un par de banderillas, lo mejor es que se posicione levantando los talones y mirando fijamente al frente. Notará como el interlocutor se queda inmóvil; en este mismo instante (y no otro) Ud. deberá depositar la tarjeta en las manos de aquel y tras ello pegar un golpe de solomillo (bajando el tronco hasta donde pueda, ya que si la frente le alcanza el suelo, será Ud. considerado un hombre de gran cortesía).


Nos queda ahora una segunda parte, que consiste en recibir la presentación de la otra persona. Para ello, tiene Ud. que dejarle hacer aquel toda la maniobra antes descrita y tomar su tarjeta de visita con firmeza y mucho cuidado. Tras ello, la girará en la mano y la mirándola verá que comunmente no entiende nada, pues viene en Kanji (es lo normal...). Hará como si la comprende, siendo totalmente imprescindible quedar muy impresionado en ese momento; poniendo el gesto de que está Ud. justo ante el individuo que buscaba. Después ya podrán pasar a sentarse y vendrá entonces hasta la mesa una señorita o un chico jóven (de la empresa o de la familia), quien les servirá un té o un café. Siendo muy importante compreder que aquello no es una infusión, sinó un ritual; por lo que es imprescindible no beber ni antes ni despúes de su interlocutor (tanto como saber si se puede o no terminarla del todo). Cuando haya apredido a saludar correctamente y comprendido en què momento tenía que comenzar a beber el té; tanto como si había que dejarlo a medias o (incluso) no tomarlo, estará integrado en Japón... Como verá la cosa comienza por ser sencilla.



AL LADO:
Como decimos, en Japón las bebidas son un ritual; y su concepto tan arrigado a la cultura es algo que tan solo pudo verse en Occidente dentro del Mundo Antiguo, sobre todo en el Mediterráneo Oriental (Grecia, Asia Menor y Egipto). Los tés o cafés que le ofrecen en las empresas y en muchas de las tiendas, tienen un significado social y casi religioso; tanto que puede determinar si es Ud. una persona adaptada, educada, fina, elegante o del mismo grupo al que tiene frente sí. Para un francés o un inglés esto debe ser muy difícil, pero los españoles lo entendemos rápido gracias a los bares. Porque no puede ser nunca el mismo tipo de persona quien a las nueve de la mañana pide un café con leche, que quien toma un "carajillo".

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Es más, si profundizamos entre lo que se degusta en los bares, desde las la ocho y a las once de la mañana podrían estratificarse las clases sociales. Correspondiendo más o menos a estas formas y perfiles: Trabajadores en exterior = Carajillo, o la palomita de anís. Albañiles y con currele duro (pero bajo techo) = Clara (en verano) y caña o tinto, con un pincho (en invierno). Funcionarios =Café con leche. Señoritos inoperantes = Rioja o tinto de la tierra, con un montadito. Semiseñoritos y jubilados = Clarete y aceitunas (o pan con queso). Señoras y resto de la población = Vermouth, infusiones y refresco, con "piscolabis". Por cierto, en Japón está prohibido beber alcohol hasta la hora de comer. Si se acerca a una de estas máquinas antes de la una del medio día y logra sacar una cerveza, bébasela en el WC.. Digo "logra sacar", porque aquí saber lo que venden y entender las instrucciones de las expendedoras, a veces es más dificil que hacerse un máster. Por lo demás, ni se le ocurra beber alcohol en la calle, es como sacarse "la churra"... . Vamos, que está fatal visto.










ABAJO:
Si va andando y le apetecen chuches, no dude en acercarse a las maquinitas. El único problema es que quizás, tras echar los yenes en la máquina le salgan preservativos, muñecos de dibujos animados, juguetes, hasta impresos oficiales y -sobre todo- muchas cosas relacionadas con el mundo "manga". Es muy bonito vivir el misterio, es como si todos los dias uno pudiera estar en la Noche de Reyes, porque nunca se sabe qué va a salir de dentro de estas máquinas.





Pero sigamos con el saludo. Ya sabemos cómo ha de comportarse en su presentación, y ahora vamos a explicarle algunas otras cosas imprescindibles. Lo primero es que no debiera dar la mano nunca a un japonés, ni a una japonesa (a menos que aquel, haciéndose el extranjero, se la ofrezca). Además, nunca se saluda con un beso, por mucha confianza que tenga; es como si en Occidente saludáramos "dado un pellizco" o tocando el traserito (lo que no se debe hacer... Al menos en público). Lo segundo es que la palabra para introducirse cortesmente, expresando que Ud. está encantado de conocerle, es (más o menos) HAYIMAMASHITE. Vocablo que se pronuncia exactamente como: ALLÍ - MAMASTE. Así que cuando le presenten a un japonés lo que debe hacer (para ser correcto) es bajar el solomillo y luego pronunciar lo de "Allí mamaste" y no se preocupe por lo que ha dicho, que aquel le va a responder con lo mismo.

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Tras ello, se iniciará el intercambio de tarjetas -descrito en los epígrafes anteriores-, se mirarán unos segundos de frente y pasarán a sentarse. Muy importante: Ud. no debe nunca guardar la carta de visita que le han dado, sinó tomarla con las manos, para luego situarla en la mesa, (frente a su taza de té o café). Si son varios los que le han presentado a la vez, pondrá todas allí, junto al café y en el órden que quiera; pero con cuidado para que la tarjeta del más importante esté en sitio preferente (jamás monte unas sobre otras y menos sitúe debajo de alguna, aquella que corresponde a la persona interesante). Este proceso -se supone- que es para que Ud. no olvide los nombres ni las empresas y cargos de sus interlocutures. Pero como lo más posible es que en aquellas tarjetas de visita Ud. no consiga leer nada, no se entretenga con ellas dándole vueltas o cambiándolas de sitio, mientras habla. Ni menos las use nunca como lo que realmente son para Ud.: Unas "cartulinas" de colores, muy útiles para doblarlas mientras se charla; o bien para ir recogiendo el azucar caido sobre la mesa, y hasta para enroscarlas haciéndolas un churrito y meterlas en el oido (Antención: No las use jamás para higienizarse las orejas, uñas, dientes u otros lugares... Al menos, en público y menos frente al que le ha entregado). Tenga en cuenta que aquella tarjeta de visita es como la foto más preciada para el que se la ha puesto en sus manos; trátela con tanto respeto como Ud. dá a la estampita de San Pancracio, que pone sobre la mesa del Bingo cuando va a jugando y pierde.

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Otro de los problemas que le surgirán es el de que la credencial de visita que le den pueda tener un extraño nombre inscrito. Me pasó varias veces, y para que lo comprendan ponemos por ejemplo el que recojo en esta imágen superior (LAPUTA). Una tarjeta que tras recibirla es difícil saber donde mirar sin esbozar una sonrisa. Tras ello, el que me la dió al ver en mi cara un gesto raro y de cachondeo, terminó por preguntar a qué se debía. Se lo conté sin preocupación y este me explicó que era "Lapiuta" o "La puta", se refería al castillo de isla de Gulliver en Liliput. Exponiendo que el autor de esta novela era un irlandés de principios del siglo XVIII; personaje que deseaba criticar a la "Royal" jet set inglesa del momento y que por ello le puso el nombre de Laputa a una de las islas que visitaba Gulliver. Ya que aquel castillo representaba ironicamente y de manera figurada, la corte londinenese de su época. Así que sabiendo español el escritor, llamó a la mencionada isla-castillo plagado de matemáticos y físicos (como las universidades inglesas): LaPuta. Para más curiosidades luego supe que entre las conversaciones que se describen en la novela de Gulliver, se explican detenidamente los dos satélites de Marte. Un hecho más que extraño, porque hasta setenta años después las dos lunas marcianas no fueron descubiertas. Algo muy semejante pasó en la época clásica, cuando griegos y romanos describían a Marte como el planeta rojo y del hierro, al ser el dios de la guerra. Milenios después, se decubrió que en verdad era de ese tono y por contener grandes cantidades de hierro... . Pero dejemos a LAPUTA y a Marte, y volvamos a lo nuestro que era el saludo en Japón.




JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
En Japón es tan común enviarse regalos de continuo, como en España puede serlo invitar a tapas. Por ello, de cada dos días que salga Ud. de su casa, uno podrá encontrar en la puerta del domicilio un paquete, con una nota de regalo. No se preocupe si nada entiende lo que sobre aquél pone, ábralo cuanto antes y si resulta que era un error y el estaba dirigido al vecino, podrá decir aquello de: -"Anda, y no era para nostros... Pues ya nos lo hemos comido"-. Al ser Ud. un extranjero, no será sospechoso ni podrán reprocharle nada, puede argumentar que no entendía bien el remite o la dirección si le dejan equivocadamente una botella de sake, que era para el de la casa de al lado. Por su parte y como podrá ver en la foto de abajo, las cosas en Japón están mas que claras. El cartel en rojo que lleva escrito sobre la caja es claramente el de FRAGIL, que en este idioma se dice WARE-MONO. es de agradecer que para ponerlo fácil a los extranjeros, lo escriban también en Hiragana, no solo en Kanji (que se llega a entender...).






Continuando con el saludo y como decimos, en Japón es tan importante comprender la cortesía como en España pueda serlo entender la descortesía.
Me explico: Quiero decir que en nuestro país el que no entiende los tacos o no sabe comprender un chiste verde, está tan inadaptado como el que en Nippón no sigue los pasos de cortesía comunes y prefijados. De ello, ha de saberse cuando hay que decir palabras en el saludo poniendo una "muletilla" de cortesía. Por ejemplo, ya vimos que "Buenos días" era "OHAIO" (que debemos memorizar tal como se pronuncia: "Hoja yo"). Pero contiene una "muletilla" de mayor respeto que es "GOTZAIMASU" y que para aquel que sepa bable es muy fácil de recordar, porque se pronuncia perfectamente y exactamente como: "GOCHA-HAY-MAS" -Para el que no entienda bable, explicamos que "gocha hay más", traducido del idioma de Clarín viene a decir que "hay más cerdas" (de "gocha", masculino "gochu", plural les/los "gochus", fem. "las gochas" = en castellano, GORRINO)-.
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De tal manera y volviendo al japonés, no será lo mismo saludar diciendo -"OHAIO"- (hoja yo); que con OHAIO GOTZAIMASU (hoja yo, gocha hay más). Para que entendamos la diferencia explicamos que en el primer caso es como decir por la mañana "buenaas"y en el segundo expresar con corección: -"muy buenos días"-. Más aún, por ejemplo; cuando una mañana llegamos al trabajo descansados y nos encontramos con el típico que nos cae fatal, conviene decir solo OHAIO (hoja yo) de forma muy cortante. Ello porque en un tono amenazante estamos expresando "buenaaas", dando a entender que nos encontramos en una situación de superioridad y que como aquel otro haya aparecido con resaca, le vamos a dar la mañana. Muy por el contrario, si el que aparece es un buen amigo o un superior (al que aguantamos bien), pues es menester hacer el saludo con cortesía plena "Hoja yo Gocha hay masssss". Por su parte, si alargamos la "ese" durante segundos, aquel que nos oye comprenderá que venimos completamente descansados y dispuestos a darlo todo en la empresa ese día.


Y por muy raro que les parezca lo que les cuento, aunque no se lo crean, es cierto.


Así que de estas y muchas cosas más hablaremos otro día.



AL LADO:
Si Ud. tiene problemas o se pierde, lo mejor no es acercarse a la gente a preguntar. Observará cómo la timidez japonesa les obliga a hacer que no le oyen, a esconderse bajo la gorra o a posicionarse tras un objeto, para intentar no hablarle. Los japoneses son muy tímidos (más con el extranjero), por ello a veces es mejor preguntar a niños. El problema es que los nenes no distinguen entre extranjeros y japoneses y comenzarán a tratarle como uno de ellos. Por ejemplo y para comenzar: Verá que cuando se acerque a aquellos, los niños seguirán haciendo lo que hacen, sin levantar siquiera la mirada (están a lo suyo). Al pedir ayuda para llegar a una calle o lugar muy conocido, observará que la primera expresión es de juega y como pensando: "Pero este tio, con ese tamaño y esa edad... ¿Y no sabe dónde esta eso?". Tras ello, lo peor que le puede pasar es que el niño de turno se dé cuenta de que es Ud. de otro país y comience con sus amigos a preguntarle de dónde viene. No conteste mucho, porque entonces se pondrán ellos a decir que han estado en Tokyo Disney y a relatarle las aventuras. Si ha tenido además la mala fortuna de que hace poco fuera la semana de Hallowen; los niños le van a contar (además de lo de Tokyo Disney) todo lo que hicieron esa noche... . Tras aquello, se irá Ud. pensando qué tendrá que ver Disney y la noche de las brujas, con España... ¡Pues mucho!. Aunque Ud. no lo comprenda... .


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ABAJO: Cuando se encuentre ante este tipo de señales de tráfico, sobre todo no se angustie... . Lo peor de ir por la calle y no enteder carteles, es que comunmente, no se debiera preguntar. Los mayores huyen (por timidez) y los pequeños se te enrollan horas. Es más como les digas qué sigifica un rótulo callejero, se enfadan diciendo: -"Pero vamos a ver. ¿Tú con esa edad y no sabes leer...?. Mira, no salgas de casa, que el día que te pierdas la vas a liar"-. Es lo que me decía una sobrina de diez años preocupadísima, cada vez que me veia ir y venir en coche: -"Pero tio Angel... Tú sin saber entender los carteles; es que el día que te pierdas te vamos a encontrar en China"-. Cuando pide ayuda uno por la calle (preguntando sobre sitios o paradas de transportes), a veces se siente uno como del chiste. Ese que era tan feo que al preguntar por el zoológico le decían: -"Si no sabes volver, para qué te escapas"- .










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