El saludo en Japón es absolutamente
imprescindible. Dice el refrán "DONDE FUERES HAZ LO QUE VIERES". De
tal manera es totalmente recomendable saludar tal como ellos lo hacen (por muy
raro que nos parezca). En el caso del mundo de empresa, es importantísimo el
uso y presentación a través de una tarjeta que tiene unos modos
prederminados: Esta se entregará tomada con ambas manos y por los extremos
-dejando que se vea claro su nombre en el momento de ponerla en manos del
interlocutor-. Es decir, nunca haga Ud. el tan típico ademán español de dar
la tarjeta de visita como si estuviera repartiendo cartas en el Mús... .
Sinó, más bien tómela como un capote, por ambos lados y póngase como si
viera al que tiene frente a Ud., en posición de embestida. Si en ese mismo
momento, además Ud. hace el ademán del banderillero, levantando un poquito los
talones y luego suelta una reverencia bajando el solomillo hasta el suelo; será
considerado un hombre muy bien educado.
Por
lo demás, cuando la otra persona le dé su tarjeta -correspondiendo-, no la
tome con una mano, ni menos la guarde en el bolsillo -sin mirarla y como si
hubiera recibido una publicidad en la calle-. Leála (aunque no la comprenda),
haga que le parece muy interesante y procure tenerla sobre la mesa durante toda
la reunión (admirándola como si fuera un cuadro del mismo Miró -ya que
suelen venir escritas en Kanji-). Si tiene Ud la mala suerte de que tras haber
intentado hacer todas estas ceremonias perfectamente, le hacen entrega de una
tarjeta con un nombre o rótulo extraño (como el que ve en la foto y que en una
ocasión me dieron); no se preocupe. Si aquello le produce la misma risa que a mí
me provocaba cada vez que leía lo de LAPUTA... Dígale al contertulio lo que le
pasa, será el comienzo de una gran amistad (o bien confirmarán que Ud. es -de
verdad- un español de pura cepa)...
.
AL LADO:
El saludo en Japón es
absolutamente imprescindible. Si recibe una tarjeta como esta, siga las isntrucciones que en esta entrada le ofrecemos.
.
ABAJO: Una de las
constantes japonesas es la previsión. He aquí un ejemplo en las vaguadas que
dejan en los rios, miles centenares de metros de margen entre cada lado
(para que en caso de inundación no haya problemas). Les parecerá increible, pero
les aseguro que la foto está tomada en el centro de una ciudad; es el rio
Tonegawa, que pasa por donde yo vivo, dividiéndola en dos partes tan habitadas y
tan cercanas como puedan ser Triana y Sevilla.
Y es que "estos japoneses" son
demasiado precavidos, lo que a veces resulta rarísmo. Tanto que me hacen
preguntas como la de: -"¿Cuanto vale el seguro profesional para ser torero un
año...?"- . Yo me quedo asustado y solo les digo: -"¿Un seguro anual taurino?...
Yo que sé....¿Pero tú te crees que alguien le va a hacer un seguro a un tío que
se pone delante de un morlaco?"-. Se van preocupados de que esta gente torée
sin seguros buenos y hasta pensando que puede ser un gran negocio meterse en
ello, ofreciendo este servicios al mundo del toro. Yo es que ni me lo planteo la
vida así y tras una pergunta como esa me quedo todo el día pensando "qué tendrá
este tio en la cabeza para preocuparse tanto por el seguro taurino" (es que
tanta organización, es algo que no cabe en mi mente hispana).
APRENDER
JAPONÉS EN UN MES SIN ESTRÉS (capítulo tres): El saludo con
cortesía.
.
Como
decimos
en Japón el saludo es tan importante como en España pueda serlo la
despedida. Es decir que
si uno no sabe presentarse adecuadamente en el
país del Sol Naciente, es como si en el nuestro no supiéramos irnos de un lugar,
cuando vemos que están hartos de nuestra presencia. La famosa frase hispana
"Vámonos a dormir, que estos señores tendrán que irse", puede hacernos
comprender el concepto nippón del saludo, con la bajada de solomillo casi hasta
el suelo (muy "saludable" para tomar flexibilidad). Donde
el presentarse es
tan importante como en España despedirse; ya que los iberos tenemos por
costumbre quedarnos en los quicios y las entradas, haciendo que nos vamos
durante media hora; tiempo en el que habiendo dicho siete chascarrillos y dos
cotilleos, hay que proferir una frase contra los políticos y después afirrmar
"que frío (o qué calor) hace"; será ya entonces cuando podamos marchar
tranquilos. En Japón
es muy parecido -pero al revés- porque su Sociedad se
basa en una norma de civismo común llamada: "Tatemae". Una idea que significaría
en España, no expresar emociones o más bien "quedarse de plástico" y que es
esencial en la vida civil japonesa. Por ello, para cuanto haga y si quiere
integrarse bién, deberá imitar todos sus movimientos y expresiones, desde el
mismo momento de saludar y presentarse.
Observará con ello que hay algunos japoneses
a los que les "produce un poco de grima" ver un extranjero haciendo sus
movimientos y pronunciando sus mismas palabras. Pero eso no debe
preocuparle, y para que lo entienda, es como si Ud. viera de pronto que le
saluda y le habla un gato, realizando reverencias y tendiéndole la mano. Algo
francamente grimoso para cualquiera... . Tal como le digo y le recomiendo;
cuando vaya a presentarse, lo primero será sacar la tarjeta desde una cartera
cara (a ser posible "de marca"). No utilice nunca una billetera de esas que
compró en el mercadillo, ya que son super-observadores (si tiene la
carterita hecha unos zorros, mejor prepare antes todo disimuladamente y que no
la vean).
Tras ello, se pondrá Ud. en posición de firmes (balanceándose
un poco si está ante una mujer y sin moverse, frente a un hombre).
Tome
entonces la cartulina por cada lado (cual un capote); para enseñarla como si
se tratase de una factura impagada y Ud. fuera "El cobrador del frac".
Posteriormente y tras hacer el ademán para que vean bien su tarjeta, dice su
nombre y en ese momento, déjese llevar por el arte de cuchares: Pues tal
como si fuera a poner un par de banderillas, lo mejor es que se posicione
levantando los talones y mirando fijamente al frente.
Notará como el
interlocutor se queda inmóvil; en este mismo instante (y no otro) Ud. deberá
depositar la tarjeta en las manos de aquel y tras ello pegar un golpe de
solomillo (bajando el tronco hasta donde pueda, ya que si la frente le alcanza
el suelo, será Ud. considerado un hombre de gran cortesía).
Nos queda ahora una segunda parte, que
consiste en recibir la presentación de la otra persona. Para ello, tiene Ud. que
dejarle hacer aquel toda la maniobra antes descrita y tomar su tarjeta de visita
con firmeza y mucho cuidado. Tras ello, la girará en la mano y la mirándola
verá que comunmente no entiende nada, pues viene en Kanji (es lo normal...).
Hará como si la comprende, siendo totalmente imprescindible quedar muy
impresionado en ese momento; poniendo el gesto de que está Ud. justo ante el
individuo que buscaba.
Después ya podrán pasar a sentarse y vendrá entonces
hasta la mesa una señorita o un chico jóven (de la empresa o de la familia),
quien les servirá un té o un café. Siendo
muy importante compreder que
aquello no es una infusión, sinó un ritual; por lo que es imprescindible no
beber ni antes ni despúes de su interlocutor (tanto como saber si se puede o no
terminarla del todo).
Cuando haya apredido a saludar correctamente y
comprendido en què momento tenía que comenzar a beber el té; tanto como si había
que dejarlo a medias o (incluso) no tomarlo, estará integrado en Japón...
Como verá la cosa comienza por ser sencilla.
AL LADO:
Como decimos, en Japón
las bebidas son un ritual; y su concepto tan arrigado a la cultura es algo que
tan solo pudo verse en Occidente dentro del Mundo Antiguo, sobre todo en el
Mediterráneo Oriental (Grecia, Asia Menor y Egipto). Los tés o cafés que
le ofrecen en las empresas y en muchas de las tiendas, tienen un significado
social y casi religioso; tanto que puede determinar si es Ud. una persona
adaptada, educada, fina, elegante o del mismo grupo al que tiene frente sí.
Para un francés o un inglés esto debe ser muy difícil, pero los españoles lo
entendemos rápido gracias a los bares. Porque no puede ser nunca el mismo
tipo de persona quien a las nueve de la mañana pide un café con leche, que quien
toma un "carajillo".
,
Es más, si profundizamos entre lo que se
degusta en los bares, desde las la ocho y a las once de la mañana podrían
estratificarse las clases sociales. Correspondiendo más o menos a estas
formas y perfiles: Trabajadores en exterior = Carajillo, o la palomita de anís.
Albañiles y con currele duro (pero bajo techo) = Clara (en verano) y caña o
tinto, con un pincho (en invierno). Funcionarios =Café con leche. Señoritos
inoperantes = Rioja o tinto de la tierra, con un montadito. Semiseñoritos y
jubilados = Clarete y aceitunas (o pan con queso). Señoras y resto de la
población = Vermouth, infusiones y refresco, con "piscolabis". Por cierto, en
Japón está prohibido beber alcohol hasta la hora de comer. Si se acerca a
una de estas máquinas antes de la una del medio día y logra sacar una cerveza,
bébasela en el WC.. Digo "logra sacar", porque aquí saber lo que venden y
entender las instrucciones de las expendedoras, a veces es más dificil que
hacerse un máster. Por lo demás, ni se le ocurra beber alcohol en la calle, es
como sacarse "la churra"... . Vamos, que está fatal
visto.
ABAJO: Si va andando y le
apetecen chuches, no dude en acercarse a las maquinitas. El único problema
es que quizás, tras echar los yenes en la máquina le salgan preservativos,
muñecos de dibujos animados, juguetes, hasta impresos oficiales y -sobre todo-
muchas cosas relacionadas con el mundo "manga". Es muy bonito vivir el
misterio, es como si todos los dias uno pudiera estar en la Noche de Reyes,
porque nunca se sabe qué va a salir de dentro de estas
máquinas.
Pero
sigamos con el saludo. Ya sabemos cómo ha de
comportarse en su presentación, y
ahora vamos a explicarle algunas otras
cosas imprescindibles. Lo primero es que no debiera dar la mano nunca a un
japonés, ni a una japonesa (a menos que aquel, haciéndose el extranjero, se
la ofrezca). Además,
nunca se saluda con un beso, por mucha
confianza que tenga; es como si en Occidente saludáramos "dado un pellizco" o
tocando el traserito (lo que no se debe hacer... Al menos en público).
Lo
segundo es que la palabra para introducirse cortesmente, expresando que Ud. está
encantado de conocerle, es (más o menos) HAYIMAMASHITE. Vocablo que
se
pronuncia exactamente como: ALLÍ - MAMASTE. Así que
cuando le presenten a
un japonés lo que debe hacer (para ser correcto) es bajar el solomillo y
luego
pronunciar lo de "Allí mamaste" y no se preocupe por lo que ha
dicho, que aquel le va a responder con lo mismo.
.
Tras
ello, se iniciará el intercambio de tarjetas -descrito en los epígrafes
anteriores-, se mirarán unos segundos de frente y pasarán a sentarse.
Muy
importante: Ud. no debe nunca guardar la carta de visita que le han dado, sinó
tomarla con las manos, para luego situarla en la mesa, (frente a su taza de
té o café).
Si son varios los que le han presentado a la vez, pondrá todas
allí, junto al café y en el órden que quiera; pero con cuidado para que la
tarjeta del más importante esté en sitio preferente (
jamás monte unas sobre
otras y menos sitúe debajo de alguna, aquella que corresponde a la persona
interesante).
Este proceso -se supone- que
es para que Ud. no
olvide los nombres ni las empresas y cargos de sus interlocutures. Pero como
lo más posible es que en aquellas tarjetas de visita Ud. no consiga leer nada,
no se entretenga con ellas dándole vueltas o cambiándolas de sitio, mientras
habla. Ni menos las use nunca como lo que realmente son para Ud.: Unas
"cartulinas" de colores, muy útiles para doblarlas mientras se charla; o
bien para ir recogiendo el azucar caido sobre la mesa, y hasta para enroscarlas
haciéndolas un churrito y meterlas en el oido (Antención:
No las use jamás
para higienizarse las orejas, uñas, dientes u otros lugares... Al menos, en
público y menos frente al que le ha entregado).
Tenga en cuenta que
aquella tarjeta de visita es como la foto más preciada para el que se la ha
puesto en sus manos; trátela con tanto respeto como Ud. dá a la estampita de San
Pancracio, que pone sobre la mesa del Bingo cuando va a jugando y pierde.
,
Otro de los problemas que le surgirán
es el de que la credencial de visita que le den pueda tener un extraño nombre
inscrito. Me pasó varias veces, y para que lo comprendan
ponemos por
ejemplo el que recojo en esta imágen superior (LAPUTA). Una tarjeta que tras
recibirla es difícil saber donde mirar sin esbozar una sonrisa. Tras ello,
el que me la dió al ver en mi cara un gesto raro y de cachondeo, terminó por
preguntar a qué se debía. Se lo conté sin preocupación y este me explicó que era
"Lapiuta" o
"La puta", se refería al castillo de isla de Gulliver en Liliput.
Exponiendo que el autor de esta novela era un irlandés de principios del siglo
XVIII; personaje que deseaba criticar a la "Royal" jet set inglesa del momento y
que por ello le puso el nombre de Laputa a una de las islas que visitaba
Gulliver. Ya que aquel castillo representaba ironicamente y de manera
figurada, la corte londinenese de su época. Así que sabiendo español el
escritor, llamó a la mencionada isla-castillo plagado de matemáticos y físicos
(como las universidades inglesas): LaPuta. Para más curiosidades luego supe que
entre las conversaciones que se describen en la novela de Gulliver, se explican
detenidamente los dos satélites de Marte. Un hecho más que extraño, porque hasta
setenta años después las dos lunas marcianas no fueron descubiertas. Algo muy
semejante pasó en la época clásica, cuando griegos y romanos describían a Marte
como el planeta rojo y del hierro, al ser el dios de la guerra. Milenios
después, se decubrió que en verdad era de ese tono y por contener grandes
cantidades de hierro... .
Pero dejemos a LAPUTA y a Marte, y volvamos a lo
nuestro que era el saludo en Japón.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
En
Japón es tan común enviarse regalos de continuo, como en España puede serlo
invitar a tapas. Por ello, de cada dos días que salga Ud. de su casa, uno
podrá encontrar en la puerta del domicilio un paquete, con una nota de
regalo. No se preocupe si nada entiende lo que sobre aquél pone, ábralo
cuanto antes y si resulta que era un error y el estaba dirigido al vecino, podrá
decir aquello de: -"Anda, y no era para nostros... Pues ya nos lo hemos
comido"-. Al ser Ud. un extranjero, no será sospechoso ni podrán reprocharle
nada, puede argumentar que no entendía bien el remite o la dirección si le dejan
equivocadamente una botella de sake, que era para el de la casa de al lado. Por
su parte y como podrá ver en la foto de abajo, las cosas en Japón están mas
que claras. El cartel en rojo que lleva escrito sobre la caja es claramente el
de FRAGIL, que en este idioma se dice WARE-MONO. es de agradecer que para
ponerlo fácil a los extranjeros, lo escriban también en Hiragana, no solo en
Kanji (que se llega a entender...).
Continuando con el saludo y como decimos, en Japón es tan
importante comprender la cortesía como en España pueda serlo entender la
descortesía.
Me explico:
Quiero decir que en nuestro país el que no
entiende los tacos o no sabe comprender un chiste verde, está tan inadaptado
como el que en Nippón no sigue los pasos de cortesía comunes y prefijados.
De ello,
ha de saberse cuando hay que decir palabras en el saludo
poniendo una "muletilla" de cortesía. Por ejemplo, ya vimos que "
Buenos
días" era "OHAIO" (que debemos memorizar tal como se pronuncia: "Hoja yo").
Pero
contiene una "muletilla" de mayor respeto que es "GOTZAIMASU" y que
para aquel que sepa bable es muy fácil de recordar, porque se pronuncia
perfectamente y exactamente como: "GOCHA-HAY-MAS" -Para el que no entienda
bable, explicamos
que "gocha hay más", traducido del idioma de Clarín
viene a decir que "hay más cerdas" (de "gocha", masculino "gochu", plural
les/los "gochus", fem. "las gochas" =
en castellano, GORRINO)-.
.
De tal
manera y volviendo al japonés,
no será lo mismo saludar diciendo -"OHAIO"-
(hoja yo); que con OHAIO GOTZAIMASU (hoja yo, gocha hay más). Para que
entendamos la diferencia explicamos que en el primer caso es como decir por la
mañana "buenaas"y en el segundo expresar con corección: -"muy buenos días"-. Más
aún, por ejemplo;
cuando una mañana llegamos al trabajo descansados y nos
encontramos con el típico que nos cae fatal, conviene decir solo OHAIO (hoja yo)
de forma muy cortante. Ello porque en un tono amenazante estamos expresando
"buenaaas", dando a entender que nos encontramos en una situación de
superioridad y que como aquel otro haya aparecido con resaca, le vamos a dar la
mañana. Muy por el contrario,
si el que aparece es un buen amigo o un
superior (al que aguantamos bien), pues es menester hacer el saludo con cortesía
plena "Hoja yo Gocha hay masssss". Por su parte,
si alargamos la "ese"
durante segundos, aquel que nos oye comprenderá que venimos completamente
descansados y dispuestos a darlo todo en la empresa ese día.
Y por
muy raro que les parezca lo que les cuento, aunque no se lo crean, es
cierto.
Así que
de estas y muchas cosas más hablaremos otro día.
AL LADO:
Si Ud. tiene problemas o se
pierde, lo mejor no es acercarse a la gente a preguntar. Observará cómo
la timidez japonesa les obliga a hacer que no le oyen, a esconderse bajo la
gorra o a posicionarse tras un objeto, para intentar no hablarle. Los
japoneses son muy tímidos (más con el extranjero), por ello a veces es mejor
preguntar a niños. El problema es que los nenes no distinguen entre
extranjeros y japoneses y comenzarán a tratarle como uno de ellos. Por
ejemplo y para comenzar: Verá que cuando se acerque a aquellos, los niños
seguirán haciendo lo que hacen, sin levantar siquiera la mirada (están a lo
suyo). Al pedir ayuda para llegar a una calle o lugar muy conocido, observará
que la primera expresión es de juega y como pensando: "Pero este tio, con ese
tamaño y esa edad... ¿Y no sabe dónde esta eso?". Tras ello, lo peor que le
puede pasar es que el niño de turno se dé cuenta de que es Ud. de otro país y
comience con sus amigos a preguntarle de dónde viene. No conteste mucho, porque
entonces se pondrán ellos a decir que han estado en Tokyo Disney y a relatarle
las aventuras. Si ha tenido además la mala fortuna de que hace poco fuera la
semana de Hallowen; los niños le van a contar (además de lo de Tokyo Disney)
todo lo que hicieron esa noche... . Tras aquello, se irá Ud. pensando qué
tendrá que ver Disney y la noche de las brujas, con España... ¡Pues mucho!.
Aunque Ud. no lo comprenda... .
.
ABAJO: Cuando se encuentre ante este
tipo de señales de tráfico, sobre todo no se angustie...
. Lo peor de
ir por la calle y no enteder carteles, es que comunmente, no se debiera
preguntar. Los mayores huyen (por timidez) y los pequeños se te enrollan horas.
Es más como les digas qué sigifica un rótulo callejero, se enfadan diciendo:
-"Pero vamos a ver. ¿Tú con esa edad y no sabes leer...?. Mira, no salgas de
casa, que el día que te pierdas la vas a liar"-. Es lo que me decía una
sobrina de diez años preocupadísima, cada vez que me veia ir y venir en coche:
-"Pero tio Angel... Tú sin saber entender los carteles; es que el día que te
pierdas te vamos a encontrar en China"-. Cuando pide ayuda uno por la calle
(preguntando sobre sitios o paradas de transportes), a veces se siente uno
como del chiste. Ese que era tan feo que al preguntar por el zoológico le
decían: -"Si no sabes volver, para qué te escapas"- .
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